La semana pasada Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, a través de su portavoz vitivinícola Juan Fuente, solicitaba por escrito a la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural la opción de poder utilizar mostos concentrados y mostos concentrados rectificados para aumentar hasta 1,5 %vol. el grado alcohólico de los vinos elaborados en la presente campaña en el territorio de Castilla-La Mancha. La reglamentación comunitaria permite realizar dicha práctica enológica, sin que se pueda sobrepasar los 13,5 %vol. en la Zona Vitícola CIII, a la que pertenece nuestra región.
Esta petición se ha realizado debido a las condiciones climatológicas adversas que se han producido en la primavera y verano de 2018 en la totalidad de las zonas vitícolas de nuestra región, que han provocado, una vez llegado al período habitual de vendimia, una importante escasez de grado alcohólico potencial de la uva de las variedades de vinificación tradicionales de Castilla-La Mancha (Airén, Cencibel, Bobal, etc.), la gran mayoría de ellas de ciclo de maduración tardío.
Situación climatológica muy similar que también ha acontecido en la Comunidad Valenciana, cuyo Gobierno Regional dictaba resolución favorable a su sector vitivinícola el pasado 26 de septiembre, para poderse acoger a la misma posibilidad del aumento de grado alcohólico que permite la reglamentación europea, por las mismas razones por las que Cooperativas solicita dicha práctica. También, a la Denominación de Origen Cava, por motivos similares, se le ha concedido la posibilidad de uso de mostos para el mismo fin.
El vino dentro de un mercado global
Ante una campaña de vendimia que, si bien se iniciaba con unas existencias iniciales menores que la pasada campaña, con 3,33 millones de hl menos de vino y mosto en España (1,72 millones de ellos en Castilla-La Mancha), se presenta con una producción muy superior a la pasada campaña, por encima del 25%, según la organización cooperativa; esta medida permitiría más posibilidades y mayor versatilidad a las bodegas para elaborar vinos más equilibrados y mejor adaptados para su comercialización, tanto en el ámbito nacional como internacional.
La situación productiva en toda la Unión Europea, que podría superar los 170 millones de hectolitros (hl) de vino y mosto, volviendo a cifras más habituales respecto a la escasa producción de la pasada campaña, es decir, a la media de las últimas cinco campañas, con Italia por encima de los 50 millones de hl, Francia con previsiones que superan los 47 millones de hl, y los casi 46 millones de hl que Cooperativas prevé en España para la presente campaña vitivinícola; está provocando una natural corrección en las cotizaciones de los primeros productos transformados al inicio de temporada, en la misma proporción que el previsible aumento de producción global.
Necesarias medidas de regulación
Cooperativas hace un llamamiento a la tranquilidad que, según el portavoz cooperativo, “se constata, al reaccionar adecuadamente, acelerando el ritmo de recolección para evitar precisamente desequilibrios en los contenidos de azúcar y acidez en las uvas vendimiadas, a final del ciclo de maduración”. Aunque siempre hay voces disonantes que intentan desestabilizar el buen clima y el normal desarrollo de la vendimia, mediante ciertas declaraciones que recientemente se recogían en prensa, fruto de “calentones de vendimia”, que intentan justificar posibles movimientos equívocos de mercado realizados por algunos operadores, que procuran eludir responsabilidades, culpando al resto del sector.
Por último, Cooperativas, a través de Juan Fuente “lamenta la falta de medidas existentes en la regulación de mercados, en un cultivo permanente como es la vid, que puedan paliar posibles desajustes que se pudieran producir en determinadas campañas, provocando, como al inicio de la presente campaña, tensiones en los precios de la materia prima y de los diversos transformados vitivinícolas”. Por lo que, una vez más Cooperativas insiste en la diversificación de la oferta de los transformados vitivinícolas a elaborar, incentivando en esta campaña más que nunca la fabricación de mosto (alrededor del 25% de la producción total), y por supuesto, el abastecimiento de alcoholes vínicos y vinagres, destinando al menos el 10% de la producción vinícola a este mercado tradicional.