Estamos en Navidad y muchos españoles compran artículos pirotécnicos para acompañar las celebraciones. Pero, ¡cuidado!. Un mal uso de ellos, su venta ilegal o su irregular almacenamiento y fabricación puede salir caro, porque las multas oscilan entre los 300 por infracciones leves a los 600.000 por las muy graves.
Solo en la pasada campaña de Navidad la Guardia Civil de Toledo se incautó de 300.000 unidades de artículos pirotécnicos que no cumplían la normativa o se vendían en establecimientos no autorizados.
Este año ya se ha promulgado una orden de servicio para que los agentes lleven a cabo esos controles. Pero no solo se desplazan a tiendas y mercadillos, sino también a eventos donde se usa pólvora, bien para fuegos de artificio o bien para recreaciones teatrales.
EFE ha acompañado este sábado a la Guardia Civil a sendas actuaciones.
La recreación de un batalla de la Guerra de la Independencia bajo la lupa de los agentes
De la mano del cabo primero Mario Gómez Martín, jefe del equipo de Inspección de la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de Toledo, y de otras dos agentes nos desplazamos a Almonacid de Toledo. Bajo su castillo culmina el programa ’12 meses, 12 castillos, 12 experiencias’ de la Diputación Provincial, donde se recrea una batalla de la Guerra de la Independencia.
Al pase de la tarde acuden unas 150 personas, que suben al castillo desde el pueblo. Mientras, los miembros de la Asociación Cultural La Partida de Camuñas, en colaboración con otras entidades, ya están preparados con sus armas de avancarga de época y sus cañones.
Están allí porque antes lo ha autorizado la Subdelegación del Gobierno tras aportar la organización un plan de seguridad tanto para los ‘actores’ como para los espectadores. Un plan donde debe detallarse también la cantidad de pólvora que se va a utilizar.
Además de controlar para que no se produzca ningún accidente, el cabo primero comprueba si los participantes en la recreación cuentan con licencia de armas y guía de pertenencia.
Gómez comprueba si la numeración del arma se corresponde con los documentos, pero también supervisa la cantidad de pólvora que porta cada ‘recreador’. La cantidad máxima es un kilo, pero la que pueden introducir en el arma es de 18 gramos. En este caso, llevan menos de 8 gramos por disparo. En esta recreación no llegarán a 20 los disparos.
La pólvora que les sobre del kilo, podrán llevársela o se podrá inertizar con agua. Es obligatorio disponer de una cuba con el líquido elemento.
El cabo también constata si los actores han dejado completamente limpia de pólvora su arma.
El incumplimiento de la normativa en esta materia se castiga con una sanción de entre 600 y 30.000 euros según la gravedad.
Dieciocho años de representaciones y ningún incidente grave
Miguel Ángel Domínguez es el comandante francés en la representación y el jefe de Protección Civil de Camuñas en la vida real. Como tal, es quien elabora el protocolo de seguridad del evento que remite a la Delegación del Gobierno, la Guardia Civil y el Ayuntamiento correspondiente.
En él expone de dónde van a salir los disparos, la inclinación de las armas, la cantidad de disparos que efectuará cada ‘recreador’.
Salvo en una ocasión en la que explotó un cañón de la pistola sin causar daños, en los 18 años de recreaciones no se ha producido ningún incidente de relevancia, explica a EFE Domínguez.
La mascletá que cierra la recreación también se controla
El espectáculo se cierra con una mascletá a cargo de la empresa Pirotecnia La Sagreña, de Magán (Toledo).
La Guardia Civil también inspecciona el transporte que lleva el material pirotécnico. El cabo pide a los transportistas la carta de porte para comprobar si es acorde con la carga, con el número de bultos y con las cantidades. Además, solicita la autorización aportada a la Delegación del Gobierno de comunicación del espectáculo.
Dice a EFE el gerente de la empresa, Pablo Sánchez Toledo, que el transporte del material es seguro porque el vehículo cuenta con las medidas para ello.
En esta ocasión solo transportan 10 kilos de material porque el espectáculo va a ser más sencillo, toda vez que con las lluvias se cayó una de las torres del castillo y se han tomado precauciones para que la mascletá no tenga ningún efecto adverso y se usarán artefactos de calibre pequeño o de bajo riesgo.
Por supuesto, se establece un perímetro de seguridad. La persona que efectuará el disparo deberá estar a un mínimo 15 metros de los elementos pirotécnicos y los espectadores a 25.
El control de la venta al por menor
Una vez acabado su trabajo en Almonacid, el cabo Gómez se desplaza hasta un parque comercial de Toledo para inspeccionar una tienda de elementos pirotécnicos, La Traca.
Está autorizada para vender artículos pirotécnicos F-1, F-2, F-3, T-1 y T-2, que son los que tienen un riesgo de peligrosidad entre bajo y medio. Los F-4 son artificios que solo podrían manipular expertos.
La Guardia Civil tiene que comprobar si la tienda supera en artículos los 150 kilos de explosivo -no está permitido más-, así como sus medidas de seguridad (puerta de entrada y puerta de salida independientes), el número máximo de clientes que pueden estar a la vez (en este caso 16) y los sistemas de alarma y de extinción de incendios.
El cabo revisa si todos los productos cumplen con la normativa de catalogación, etiquetado (en español), envasado, su peso Neto, el fabricante o el importador y las edades mínimas para su uso. Todo ello debe estar detallado en la etiqueta y a la vista.
No pueden adquirirlos personas que estén bajo influencia de alcohol o drogas (tampoco venderlos) y está prohibida la venta ambulante de esos artículos pirotécnicos en los mercados navideños.
Gómez insta a hacer un uso responsable de estos artículos y recuerda que nunca se use lama viva (un mechero, por ejemplo) para prenderlo (mejor mecha) y en el caso de los cohetes que no se cojan con la mano.
Recomendaciones que también recuerdan a los compradores los empleados de La Traca, como dice a EFE Conchi Íñiguez, responsable de las tiendas que este comercio tiene en la zoma centro.
Son las baterías de fuegos artificiales lo que más venden en estas fechas. Las fiestas de los pueblos en verano y los eventos deportivos, sobre todo de fútbol, son otros acontecimientos donde hay mayor demanda.
Conchi y sus empleados mantienen la puerta de la tienda siempre cerrada, la abren con mando a distancia a los clientes y mantienen los artículos alejados de estos.









