El consumo de complementos alimenticios a base de vitaminas, ácidos grasos esenciales, plantas y otros ingredientes ha crecido 16 puntos en cuatro años: el 58 % de los consumidores tomaron alguno en los últimos 12 meses, frente al 42 % que lo hacían en 2021, según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Su compra, innecesaria entre quienes siguen una dieta rica y variada, supone un coste de 139 euros al año por persona. Pero lo más preocupante es que el 31% de quienes los toman lo hacen sin consultar con un profesional sanitario. Un riesgo para la salud en mujeres embarazadas o que están dando el pecho, para personas con alguna dolencia hepática o renal o, simplemente, para quien se está medicando por sus posibles interacciones y efectos no deseados
Otro problema asociado son las falsas alegaciones que anuncian. En lo que va de año, OCU ha denunciado 28 complementos alimenticios por alegaciones incompletas, inventadas o no autorizadas a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN): en concreto cuatro para el tratamiento de problemas articulares, otros once que aducen efectos adelgazantes y ahora otros 13 complementos, también por alegaciones irregulares:
A base de colágeno: Colagen Antiox piel (Deliplus), Forte Pharma Expert Colágeno, Luxmetique Proage Day Formula, Vital Proteins Collagen y Vital Proteins Marine Collagen.
Para el sistema nervioso: Ginkgo Biloba Santiveri, Ginseng ArkoPharma, NeuraZenx y Neuro-Nac.
Y de distinta índole detectados por los propios consumidores: IVB Zerodol (con presuntos efectos analgésicos), IVB FemmeBalance (para regular el ciclo menstrual), IVB Fiber Total (para la microbiota) y FitBlend (para el apetito).
La cuatro últimas denuncias provienen de la campaña Menos cuentos y más ciencia a través de la cual los propios consumidores avisan de posibles alegaciones irregulares para que sean analizadas por los expertos de OCU, como ha sido el caso.
OCU considera preocupante el mal uso de las alegaciones de salud en complementos alimenticios y así se lo ha transmitido en repetidas ocasiones a la AESAN para que investigue, lo corrija y, llegado el caso, abra los preceptivos expedientes sancionadores. De hecho, la organización aconseja a los consumidores desconfiar de este tipo de alegaciones de propiedades saludables que no han sido demostradas científicamente ante el regulador y, por lo tanto, no están autorizadas. Además, recuerda que natural no es sinónimo de inocuo: la presencia de ingredientes botánicos puede suponer un riesgo para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, los enfermos y las personas polimedicadas.
Esta información ha sido elaborada por un equipo de abogados, economistas, estadísticos, ingenieros, profesionales de la salud y la alimentación, editores y diseñadores de OCU que, en colaboración con otras organizaciones europeas de consumidores y una red de laboratorios independientes, analizan desde 1975 los principales productos y servicios de consumo. Su trabajo se sustenta en los principios de ahorro, calidad, sostenibilidad y transparencia, pero sobre todo en la independencia que le proporcionan sus 180.000 socios activos.






