Todos conocemos el Parque de la Constitución de Tomelloso casi de memoria, pero quizá pocos nos hemos detenido a mirar detalladamente los árboles y plantas que se encuentran en las zonas ajardinadas. Ahora, en otoño —dichosa estación que anima a fotografiarlo todo— lucen sensacionales, con un montón de tonos amarillos, verdes y marrones.
Además, durante el recorrido vas pisando hojas secas que producen esos crujidos que, lejos de molestar, resultan agradables y dan un toque bucólico al paseo o a la vuelta.


