El salón de actos de la Biblioteca Municipal de Tomelloso acogió en la tarde del miércoles 12 de noviembre una multitudinaria conferencia dedicada a Francisco Martínez Ramírez, más conocido como El Obrero de Tomelloso, una de las figuras clave del pensamiento reformista en La Mancha y del desarrollo industrial y energético de la ciudad a comienzos del siglo XX.
El acto fue presentado por la directora de la biblioteca, Carmen Labrador, y contó con la presencia de la concejala de Cultura, Inés Losa, quien destacó que «El Obrero fue, sin duda, uno de los personajes más importantes de Tomelloso en el último siglo», subrayando su papel como figura «todavía desconocida para muchos tomelloseros, pese a todo lo que hizo por su pueblo».
La conferencia, a cargo del doctor en Filosofía Santiago Arroyo Serrano, profundizó en las múltiples facetas de este personaje polifacético: periodista, emprendedor, reformista y pionero en iniciativas energéticas y sociales. Arroyo, autor de la biografía “Francisco Martínez Ramírez. El Obrero de Tomelloso 1870-1949”, hizo un extenso y documentado repaso de su vida y obra, acompañado de material inédito y correspondencia personal que arroja nueva luz sobre su legado.
Un reformista comprometido con Tomelloso
Arroyo destacó que Martínez Ramírez fue “un hombre profundamente vinculado a su pueblo, que a pesar de haber vivido en ciudades como Madrid, Málaga o Valencia, centró todos sus esfuerzos en el desarrollo de Tomelloso”. Entre sus logros, se encuentra la creación del primer periódico local, El Obrero de Tomelloso, con una tirada de 3.000 ejemplares y repercusión nacional, así como la fundación del Círculo Instructivo del Obrero, un espacio de formación para agricultores y trabajadores.
«Creía en la educación como herramienta de transformación social. Su lema era: necesitamos más propietarios y menos jornaleros», explicó Arroyo.
Energía limpia y ferrocarril cooperativo
Uno de los ejes centrales de la charla fue la visión innovadora de Martínez Ramírez en materia energética. Según relató el ponente, el reformista manchego planteó, ya en el año 1902, un ambicioso proyecto para aprovechar el salto de agua de Ruidera como fuente de energía hidroeléctrica, que alimentaría un ferrocarril eléctrico entre Tomelloso y Argamasilla de Alba.
«Propuso un modelo de tren limpio, eficiente y financiado mediante suscripciones populares. Fue una suerte de crowdfunding pionero en su tiempo», señaló Arroyo, mostrando documentación original del proyecto de Ferrocarriles Cooperativos de España, empresa que el propio Obrero fundó y presidió.
También se abordó su proyecto de generación de energía a partir de residuos vinícolas, en una clara anticipación al actual debate sobre el biometano y la economía circular. “Hoy hablamos de sostenibilidad, pero Francisco ya en los años 30 planteaba convertir los residuos del alcohol en combustible”, afirmó Arroyo. “Estuvo en contacto con empresas alemanas y con CAMPSA para desarrollar esta idea”.
Un final injusto para una figura olvidada
A lo largo de la intervención, Santiago Arroyo no solo repasó los grandes proyectos del Obrero, sino también el aspecto más humano de su biografía. Habló de su vida familiar, de la enfermedad de su esposa y del exilio interior que sufrió tras la Guerra Civil, cuando fue marginado por el nuevo régimen y rechazado incluso por antiguos aliados.
«Pasó hambre y fue olvidado. Murió en el barrio del Carmen, en una vivienda humilde, después de haber dado su vida entera por Tomelloso», recordó el ponente. También leyó fragmentos del texto “A mi pueblo”, en el que Martínez Ramírez denunciaba el olvido y la falta de apoyo que sufrió en sus últimos años.
Reconocimiento pendiente
La conferencia sirvió no solo para difundir el conocimiento sobre Francisco Martínez Ramírez, sino también para poner en valor su legado y lanzar una reflexión crítica sobre su escaso reconocimiento institucional. Varios asistentes señalaron la necesidad de publicar sus obras inéditas y de recuperar su figura como referente del progreso local.
La directora de la biblioteca, Carmen Labrador, anunció que «El Obrero será el protagonista de la lectura principal de este año en el Plan Municipal de Lectura, también en los centros educativos», en un intento por acercar su figura a las nuevas generaciones.
Por su parte, Santiago Arroyo concluyó subrayando la vigencia del pensamiento del Obrero: «Fue un adelantado a su tiempo. Hizo del periodismo, la educación y la energía herramientas para cambiar su tierra. Su historia es un ejemplo de compromiso que no deberíamos olvidar».
La conferencia finalizó con un turno de preguntas en el que se debatieron algunas de las ideas planteadas, especialmente en torno a la gestión de residuos y las propuestas energéticas de Francisco Martínez Ramírez. El encuentro sirvió para abrir nuevas vías de reflexión sobre el papel histórico de El Obrero y su posible recuperación como figura clave en el relato del desarrollo social e industrial de Tomelloso.
