En Tomelloso, el Día de Todos los Santos se celebra de forma sencilla pero sentida: flores en el cementerio, recuerdos en voz baja y la posibilidad de comprar el tradicional “puñao”, ubicado ahora en el Paseo de las Moreras. Cierto es que, en los últimos años, contamos con una bonita novedad: las visitas guiadas por el cementerio, donde se pueden descubrir cientos de curiosidades y que, me consta, están siendo todo un éxito.
En Tomelloso, y en España en general, hablar de la muerte sigue resultando un poco incómodo, casi un tabú: nos da miedo nombrarla, como si al decirla demasiado la invocáramos. Luego aparece la otra cara: la fiesta de Halloween, con sus calabazas iluminadas, risas y disfraces. De pronto, la muerte se convierte en juego, en luces y en disfraz, mientras los niños y niñas recorren las calles con su “truco o trato”.


