En Tomelloso, el concepto de “la tablilla” tiene un significado muy concreto. Se refiere al lugar donde, desde hace generaciones, se anuncian los fallecimientos del municipio. Actualmente, este tablón sigue funcionando físicamente en una de las ventanas de la comisaría de la Policía Local, donde se colocan esquelas sobre unos tableros de metacrilato, con los datos esenciales del difunto: nombre, fecha del fallecimiento, tanatorio, sala, horario del funeral y, si se indica, si se procederá a un entierro, incineración o traslado. Cada uno de los dos tanatorios de Tomelloso, cuelga su propio tablero hecho como decíamos de metacrilato. Además, hoy puede consultarse la tablilla de Tomelloso hoy en su versión online.
No es raro ver a varios vecinos, especialmente personas mayores, pararse frente a la ventana de la Policía Local. Allí leen con atención, comentan entre ellos los nombres y enlazan parentescos, lo que en Tomelloso conocemos por «sacar la parentela». Es un acto que va más allá de la información: es conversación, memoria y costumbre. “¿Ese no era primo de los de la calle Oriente?”, “Ah, sí, trabajaba en la bodega de fulano”, se escucha entre quienes acuden a diario.
“La tablilla ha sido siempre como el periódico silencioso del pueblo, te enteras, das el pésame y recuerdas, todo en el mismo sitio”.
La tablilla es una costumbre con siglos de historia
Este sistema de información tiene antecedentes que se remontan a varios siglos atrás. Históricamente, existía un tablón de anuncios junto a la iglesia o en la plaza donde se informaba de los fallecimientos. Servía para que los vecinos pudieran asistir a los sepelios, rezar por los difuntos y mostrar sus respetos a las familias.
Con la informatización de los registros civiles en los años 80, la tablilla manual dejó de actualizarse y fue conservada en el Archivo Histórico Municipal, donde sigue siendo objeto de consulta por parte de investigadores y estudiosos de la demografía local.
Durante las últimas décadas, este hábito se ha consolidado frente a la comisaría, donde el tablón pasó a ser punto de encuentro habitual para enterarse de quién había fallecido. Es habitual entre las personas de más edad, salir a dar cada mañana un paseo para echar un ojo a la tablilla. Es un momento de silencio, de gente mirando con las manos atrás y el cuello estirado, para a continuación si se va acompañado proceder a comentar si se conoce al finado.
La digitalización de la costumbre
En 2013, concretamente el 14 de febrero, desde enTomelloso.com lanzamos la sección Defunciones y funerales en Tomelloso, también conocida como “la tablilla virtual”. La idea era trasladar a internet esa misma información que tradicionalmente se colocaba en la comisaría, con el objetivo de que también los tomelloseros residentes fuera del municipio pudieran mantenerse informados. Una idea que al principio causo cierto revuelo, pero que se ha convertido en costumbre pasar a echar un ojo a la tablilla virtual a diario.
El papel de esta herramienta digital se vio reforzado especialmente durante los primeros días del confinamiento por la pandemia de COVID-19. En marzo de 2020, coincidiendo con el inicio de la emergencia sanitaria, llegaron a publicarse más de 12 esquelas en un solo día en la sección de defunciones de enTomelloso.com. Esta situación generó una fuerte impresión entre la población. A partir de ese momento, debido al elevado número de fallecimientos y la gran carga de trabajo de los tanatorios, se dejó de facilitar esta información para su publicación diaria.
Fue un reflejo claro de cómo incluso una tradición tan local se convirtió, por un tiempo, en un termómetro de la situación sanitaria.
Un lenguaje propio
La tablilla no solo ha informado durante generaciones, también ha dejado huella en el habla y expresiones populares de Tomelloso. Expresiones como “cascar el follo” —que significa morir— o “salir en la tablilla” son habituales en conversaciones informales. Algunos diccionarios y recopilaciones de localismos recogen estas formas de hablar, que entremezclan humor negro, costumbre y memoria colectiva.
“Aquí no decimos que alguien ha muerto, decimos que ha salido en la tablilla. Es una forma nuestra de decirlo, y todo el mundo lo entiende”.
También es común la advertencia en tono bromista: “Ten cuidado, no vayas a salir en la tablilla de titular”. Son frases que solo cobran sentido aquí en Tomelloso, donde esta práctica está tan interiorizada.
Identidad, memoria y comunidad
Más allá de lo anecdótico, la tablilla —en su versión física o virtual— sigue cumpliendo una función fundamental: mantener el tejido social unido en torno a la memoria de quienes se van. Es un elemento que permite compartir el duelo y acompañar a las familias.
La continuidad de esta tradición, adaptada a los nuevos tiempos, la convierte en un ejemplo claro de cómo una costumbre puede mantenerse viva si responde a una necesidad del pueblo. En Tomelloso, aparecer en la tablilla no es solo un dato; es, en muchos casos, el último acto público, la última pasada por la plaza a saludar.
Si necesitas la información actualizada, consulta las esquelas y funerales de hoy en Tomelloso.









