El Mercadillo Tradicional de la Feria de Tomelloso se vive a pie de calle, entre aromas y voces, pero también en los detalles que, a menudo, pasan desapercibidos. La XIX edición de este encuentro con la cultura popular ha quedado reflejada en la mirada artística de Paloma M. y Lucía M., que con sus fotografías han sabido detener el tiempo en instantes que cuentan por sí solos lo que significa esta cita para la ciudad.
Garrotas apoyadas en un puesto, botijos que aún conservan la frescura del barro, miniaturas que evocan oficios antiguos, las mulas que recuerdan la fuerza del trabajo en el campo… Cada imagen fija una parte del alma del mercadillo. No se trata solo de vender o comprar, sino de poner en valor un patrimonio que se transmite de generación en generación.
Las cámaras también se han detenido en el taller de jota de la Asociación Folclórica Virgen de las Viñas, en los hombres que conversan pausadamente a la sombra mientras observan el trasiego de la plaza, en la artesanía o dulces solidarios. Son escenas pequeñas, pero cargadas de significado, que definen la personalidad de esta feria.
Más allá del bullicio y de la suma de más de sesenta puestos, las fotografías de Paloma y Lucía nos invitan a descubrir el mercadillo como un mosaico de historias: la tradición hecha objeto, gesto o sonrisa. Una forma de mirar que nos recuerda que la esencia de Tomelloso se encuentra también en esos detalles que construyen la memoria compartida.


































