La consejera de Igualdad del Gobierno de Castilla-La Mancha, Sara Simón, ha expresado que no critica el curso de corte y confección ofertado por el Ayuntamiento de Tomelloso (Ciudad Real) para las mujeres, sino que la única política de igualdad que desarrolla el municipio se reduzca a esto.
A preguntas de los medios de comunicación sobre la polémica surgida en torno a los cursos sobre corte y confección, peluquería y cocina que ha ofertado el Ayuntamiento de Tomelloso, la consejera de Igualdad de Castilla-La Mancha ha asegurado este miércoles que, con ellos, se deja de trabajar por una sociedad más igualitaria y justa y solo «ofrecen a las mujeres las labores que se realizaban en el hogar y destinadas o estereotipadas para ellas».
De este modo, Simón ha dado respuesta al alcalde de Tomelloso, Javier Navarro (PP), que denunció este martes en la red social X que la anterior regidora, Inmaculada Jiménez, del PSOE, firmó un curso parecido el año pasado y «nadie se escandalizó».
«No hay que retroceder un siglo, tan solo un año y ver que la programación es la misma que la que hacía el Grupo Municipal Socialista de Tomelloso. No recordamos que, por entonces, os escandalizaseis. ¿Qué ha cambiado?», ha señalado Navarro en respuesta a las críticas del Gobierno regional.
Como respuesta a esta publicación, la consejera de Igualdad ha confirmado que, efectivamente, estos cursos ya se realizaban con el anterior gobierno local en Tomelloso, del PSOE, pero ha remarcado que el problema no son los cursos, sino que el Ayuntamiento solo destine a las mujeres estos cursos de corte y confección, mientras que antes se realizaban otras políticas sobre desarrollo y empoderamiento de las mujeres.
«Hay muchas asociaciones de mujeres que realizan actividades similares, pero que también se reúnen en espacios en los que hablan, se empoderan y generan redes, por tanto, no es criticar los cursos como tal, sino que las únicas políticas que se realicen hacia las mujeres sean éstas», ha destacado Simón.
En este sentido, la consejera de Igualdad se ha mostrado preocupada por el hecho de que los pactos firmados el pasado mes de mayo, «que permitieron entrar en las instituciones a partidos con postulados que chirrían en el siglo XXI, solo se traducen en carteles que recuerdan a épocas pasadas, en eliminar puntos violeta o en quitarle el apellido de machista a la violencia que sufrimos las mujeres por el mero hecho de ser mujeres».