Asaja Castilla-La Mancha ha alertado de la agonizante situación que atraviesa el sector de bovino de la región como consecuencia de la extensión de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), que ha supuesto la puntilla para unos ganaderos castellanomanchegos que llevan acumuladas tantas pérdidas que están viendo en peligro la viabilidad de sus explotaciones.
En este sentido, la organización agraria, en un comunicado, ha pedido al Gobierno regional que trabaje para que, al igual que están haciendo otras comunidades autónomas como Cantabria o Castilla y León, se reconozca la EHE como una causa mayor y se articulen medidas e indemnizaciones por pérdidas de animales afectados.
Asaja ha señalado que, ante la imposibilidad o inexistencia de tratamientos para la enfermedad y la falta de previsión ante la misma, las administraciones deben corresponsabilizarse.
En este sentido, ha demandado a la Administración autonómica que inste también al Gobierno nacional para que no sólo se asignen partidas presupuestarias concretas para paliar las pérdidas, sino también se involucren en las actuaciones, se cambien ciertos protocolos de las ganaderías extensivas y se flexibilicen las exigencias al sector, entre otras cuestiones.
Según la organización agraria, con la sequía, y la consecuente inexistencia de pastos en la temporada de primavera, y con el conflicto de Ucrania, los costes de producción se han incrementado desorbitadamente, como el pienso, el forraje o la paja, que ha subido un 300 % con relación al año anterior, además del gasto de otros suministros y combustibles.
También hay que sumar el coste de las campañas de sanidad animal, como el de la Lengua Azul que, a diferencia de otras regiones, supone un gran desembolso para los ganaderos castellanomanchegos.
LEY «INOPERATIVA»
Asaja también se ha referido a la Ley de la Cadena Alimentaria, que resulta «inoperativa» para un sector sujeto a un mercado fluctuante y sin los mecanismos de regulación adecuados para la venta justa de los productos.
Además, en cuanto a la Política Agraria Comunitaria (PAC), ha señalado, sólo está generando inseguridades, incertidumbre y falta de concreción y de plazos, lo que hace inviable cualquier forma de organización financiera de las explotaciones.
Ahora, la extensión de la EHE está suponiendo el remate de los ganaderos de bovino, que se están enfrentando a enormes desembolsos por los cambios de protocolos de alimentación, complementos de agua, repelentes y medicamentos, entre otras cuestiones.
Por su parte, ante la falta de información, Asaja Castilla-La Mancha está trabajando para recopilar el mayor número de datos posible sobre la sintomatología de la enfermedad que, a rasgos generales, se comporta diferente según explotaciones y zonas.
«Además de las muertes, preocupa, sobre todo, el estado físico de las reses afectadas por el virus, así como la capacidad reproductiva de los animales, ya que se han generado muchos abortos y se están detectando problemas de fertilidad en los sementales», ha destacado.
Por último, la organización agraria también ha pedido a la Administración regional los datos de los que se dispone, como altas de nacimientos, bajas y retiradas de animales muertos, de tal manera que se puedan hacer comparativas de los últimos dos meses y del próximo año y comprobar así la incidencia de la EHE en la cabaña ganadera.