El jueves 20 de abril, le robamos unos minutos a las tareas escolares. El timbre para salir al patio se adelantó. Todos éramos conscientes de que aún no era la hora del recreo sino el tiempo de unir nuestras manos a Manos Unidas.
Desde el cole San Antonio queremos impulsar los proyectos de desarrollo de esta ONG y sumar un euro por cabeza para reducir la pobreza y el hambre en el mundo. Por ello, con euro en mano y vestidos con nuestras mejores sonrisas, ilusión y ganas, salimos al patio de nuestro colegio para bailar a los ritmos de las canciones que Vera y Belén, dos niñas de 6º de Educación Primaria, nos habían preparado. Nos esperaba una jornada de Zumba y cata solidaria. Mmm… qué ricas las prepararon las madres voluntarias de nuestro AMPA. Y es que, cuando miramos juntos en la misma dirección todo sabe mucho mejor.
Con anterioridad nos habíamos sensibilizado con la Campaña, habíamos conocido la realidad de muchos niños como nosotros que viven de forma precaria, nos dolió mucho descubrir que en el mercado de Benín no sólo se venden frutas y verduras, carne o ropa, también puedes comprar niños por 30 euros.
Ante tales realidades, nos pusimos manos a la obra y pensamos en cómo seguir colaborando en la construcción de un mundo mejor. Pues no podemos caer en la trampa de pensar que la solución está en otras manos que no son las nuestras, debemos tomar parte y asumir diferentes modos de transformación. Como niños y niñas que somos, aceptamos el reto de ser motor de cambio, aceptamos el desafío de soñar y caminar hacia una nueva humanidad desde la espiritualidad del cuidado con nuestra madre Tierra, con los demás y con uno mismo.
Todos somos responsables de todos y nuestras actitudes y gestos pueden generar una cultura de encuentro donde el impacto de la desigualdad se reduzca o, por el contrario, se aumente.
Con todas estas cosas en la cabeza y el corazón nos identificamos con una pieza de puzzle. Cada uno en particular somos una pieza clave de esta sociedad en la que vivimos y cada uno desde las decisiones que tomamos formamos una gran red de apoyo, ayuda y solidaridad que crea un mundo inclusivo, reduce la brecha de la indiferencia y la desigualdad o, por el contrario, dejamos de apostar por los objetivos de desarrollo sostenible y favorecemos que crezcan las dificultades, la pobreza y el hambre. Reflexionamos los pros y contras de tomar unas decisiones u otras y resultó que escondemos gran audacia en el corazón. Esta valentía nos movió a que dibujáramos en una pieza de puzzle de papel acciones viables que podríamos llevar a cabo, pues en el cole San Antonio somos muy conscientes de que frenar la desigualdad está en nuestras manos de manera individual y colectiva.
Apostamos por la Educación, una educación que ofrezca oportunidades también a la mujer, ya que es ella la que sostiene la vida familiar en muchas sociedades y quien provocará un efecto multiplicador en toda la familia (y nosotros nos comprometimos a valorar la escuela, a venir contentos y aprovechar los recursos que desde ella se nos ofrecen); apostamos por el Cuidado y Protección del Medio Ambiente, no queremos la explotación, el robo y el abuso de tierras por parte de los países más ricos (nos comprometimos a vivir un consumo responsable) y defendimos la Cooperatividad y Apoyo en los recursos naturales, deseamos la creación de pozos (y los dibujamos mientras nos comprometíamos a no malgastar el agua), pozos que propicien una mejora en la calidad de vida de los pueblos más desfavorecidos, así como hospitales que optimicen la salud pública. Y con estos escenarios, valoramos la dignidad de la persona tan vulnerada.
Queremos que esta experiencia salga de nuestras aulas y recordar que todos somos una pieza clave en el gran puzzle del mundo. ¿Qué tipo de pieza quieres ser tú, la que acelera o la que frena la desigualdad?