Investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y del Centro de Tecnologías Ambientales de la Universidad Técnica Federico Santa María de Chile han confirmado el impacto que tienen las partículas de combustión sobre el derretimiento de la nieve en los Andes chilenos.
El investigador del Grupo de Combustibles y Motores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Magín Lapuerta y la alumna de doctorado Sofía González-Correa se desplazaron recientemente a los Andes chilenos para participar en una campaña de medición de emisiones de partículas contaminantes de vehículos y estudio del efecto que éstas tienen sobre las superficies nevadas.
La campaña, que tuvo una duración de quince días, se llevó a cabo en las zonas de El Puerto del Portillo y el embalse El Yeso por un equipo multidisciplinar integrado por los propios investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial del Campus de Ciudad Real y otros del Centro de Tecnologías Ambientales de la Universidad Técnica Federico Santa María de Chile con los que el profesor Lapuerta colabora desde hace casi una década, ha informado en nota de prensa la institución académica.
La elección de los glaciares de El Portillo y El Yeso se debió a que en ellos el Centro de Tecnologías Ambientales de la Universidad Técnica Federico Santa María de Chile cuenta con dos plataformas con la instrumentación necesaria para llevar a cabo los estudios a realizar.
Además, según ha explicado el catedrático Magín Lapuerta, en el caso de El Puerto del Portillo se da la circunstancia de que es la zona por la que pasa todo el transporte de mercancías que cruza desde Argentina hasta Chile y viceversa. «Nosotros nos pusimos en una línea perpendicular a la carretera para hacer el trabajo».
Para este estudio, el Grupo de Combustibles y Motores de la UCLM aportó un espectroradiómetro que ha permitido analizar «cómo según se van depositando las partículas de combustión en la superficie nevada, la nieve va perdiendo albedo, es decir, su capacidad de reflejar», explica Lapuerta; quien añade que a medida que el grupo de trabajo se alejaba de la carretera se podía comprobar «el cambio de las condiciones ópticas de la nieve».
El proyecto, que estuvo precedido por el desarrollo de un modelo físico que simula las propiedades ópticas de las partículas (OptiPar) y por ensayos realizados en los bancos de ensayos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Ciudad, ha permitido, según los investigadores, confirmar que la deposición de partículas en la nieve «va reduciendo la capacidad de reflejar luz y calentando la superficie, porque absorbe luz, absorbe radiación, y al absorber esa radiación derrite la nieve, cambiando los tiempos de los ciclos hidrológicos, los recursos hídricos de la zona y contribuyendo al cambio climático».
Lapuerta y González-Correa apuntan que el estudio, financiado por el gobierno español y chileno, aunque es de ámbito local tiene su extensión a nivel mundial, ya que «sirve para concienciar a la población de las repercusiones medioambientales que tienen las emisiones contaminantes sobre el cambio climático y ayuda a los gobiernos a la toma de posibles medidas en cuanto a diseño de carreteras y restricciones de tráfico».