El pasado 8 de junio se cumplían los 40 años de la inauguración del Bar de Pepe, también conocido como La Pantera Rosa. Cuando Pepe abrió su bar, quería que fuese como aquel donde había trabajado un par de años antes en Ibiza: El Raimbow, por ello le puso el nombre de Arcoiris, aunque jamás nadie le llamó así.
En 1982 aún no había muchos bares de ambiente, que era como se conocían a los bares de ambiente homosexual, y los pocos que había, se localizaban en las grandes capitales o en zonas concretas de turismo. “Lo cierto es que yo quería un bar donde todos los gays de la zona pudieran tener su lugar, pero en realidad La Pantera Rosa más que un “bar de ambiente” era un espacio de libertad”, nos cuenta Pepe. Quizá el gran mérito de Pepe fue abrir ese espacio a todo el mundo, sin tener en cuenta su condición sexual. De no haber sido así, solo habría sido un gueto y los guetos solo sirven para aislar y separar. Otro de los grandes méritos de Pepe fue el de abrir ese tipo de bar en un pueblo de La Mancha: Tomelloso, y en 1982.
Tomelloso en ese año era un “pueblo grande”, pero al fin y al cabo, era un pueblo en mitad de la llanura manchega, en el que la modernidad iba entrando despacio. Pero su propia historia está plagada de pioneros, de gente que se saltó los convencionalismos para buscar el progreso en todas sus vertientes. No obstante Tomelloso, para el resto del mundo, era cuna de gente bruta y bastante cerrada de mente. Por eso, los famosos “chistes de Leperos” en La Mancha eran “chistes de tomelloseros”. En realidad en el municipio ocurría lo mismo que en todo el país: había gente con mentalidad más avanzada y otra gente más tradicional e inamovible. Solo que en Tomelloso todo el mundo se conocía y se mezclaba, por lo que “salir del armario” era una declaración pública ante todos los habitantes del pueblo.
Cuando Pepe comenzó con las obras del bar, el ya había “salido del armario” y en Tomelloso ya se empezó a especular sobre las distintas actividades que acogería el local. “A mí desde el principio me hacía gracia la imaginación popular, aunque muchos comentarios eran un poco envenenados. Como la obra del bar era en mi antigua casa familiar, la escalera de la misma la dejé, ya que arriba tenía habitaciones que me podían servir de almacén. La gente se asomaba a curiosear mientras la obra estaba en marcha y al ver la escalera decían que iba a ser un «puticlub de maricones». Hubo que convivir con todo eso. Cuando se inauguró el bar vinieron muchos amigos y amigas de Madrid, muy modernos, y la gente comentaba que habían venido muchos musexuales y cabestris. Es verdad que los primeros años hubo algún rechazo por parte de gente bastante retrograda y agresiva, pero eran los menos. En general el ambiente era muy bueno y con el tiempo se convirtió en un lugar de referencia en toda La Mancha, no solo para gays y lesbianas, sino para todos los modernos”.
Como el bar se llamaba Arcoiris, el primer logotipo era un vinilo con todos los colores del arco iris, y ese era el único dibujo que había en la fachada. Pero al poco tiempo Pepe decidió decorar la fachada para que el bar fuese fácil de encontrar, y le encargó a un servidor un dibujo para la fachada. “Los primeros años, Manolo Buendía me hizo todas las decoraciones: desde el primer logo del vinilo con los colores del arco iris. Los primeros meses la fachada era discreta, de color azul claro y no tenía nada pintado. La gente de fuera de Tomelloso me preguntaba que dónde estaba el bar porque desde la calle casi no se veía, así que le encargué a Buendía que me pintase algo, y al igual que cuando me pintaba algún mural dentro, no me hizo boceto ni nada, yo me fiaba de él. Un día vino y se puso a pintar en la fachada una enorme Pantera Rosa con una cazadora de cuero y una guitarra eléctrica, y a partir de ese momento, el bar fue conocido como La Pantera Rosa, y más adelante se le llamaba simplemente La Pantera. Es una lástima que no he podido encontrar ninguna foto de esa fachada, que estuvo varios años. Tengo fotos de distintas decoraciones del bar, pero de aquella fachada no tengo y debe haber alguna en algún lugar”.
Pasados los dos primeros años el bar empezó a ser un referente en toda Castilla-La Mancha y se publicaron algunos artículos hablando de él en revistas como Shangay. También desde los primeros años se celebraba la Fiesta del Orgullo Gay, que era como se la llamaba entonces. Siempre se hacía el 28 de junio y eran fiestas entre amigos, en las que “Nos disfrazáramos cuatro locas, pero hacia 1990-1991 empecé a celebrar la fiesta como en Madrid. Me traía strippers y drag-queens de Madrid y hacíamos fiestones. Yo me iba a Madrid tres meses antes y les contrataba para ese día, aunque entonces ya no celebrábamos la fiesta el día 28, sino el fin de semana más cercano al 28J”. En 1991-1992 Pepe abrió, junto a La Pantera, una terraza de verano llamada La Corrala, y allí las fiestas del “Día del Orgullo” empezaron a ser famosas y se llenaban de gente. Al segundo o tercer año de empezar a hacer las fiestas en La Corrala, la gente reservaba con antelación, y eran fiestas por todo lo alto, con cena y espectáculo.
Todos esos primeros años, la labor de Pepe fue épica. Sufría insultos, incluso palizas por parte de gente intolerante que iban al bar en estilo “matón”. Es cierto que eran los menos, y con el tiempo Tomelloso empezó a ser un ejemplo de convivencia y tolerancia, y a su bar iba todo tipo de gente. Él mismo se convirtió en un personaje respetado y querido en todos lados. Pepe nunca quiere recordar los malos momentos y solo tiene recuerdos positivos. En la década de los 90, sin cerrar La Pantera, Pepe abrió un bar de tapas llamado El Torito, el cual tuvo también mucho éxito. Fue por aquellas fechas cuando creó una asociación en defensa de los derechos del colectivo LGTBI. La asociación se llamaba AMHO-CLM (Amigos homosexuales de Castilla-La Mancha) y empezó una militancia más colectiva. Hasta entonces su lucha fue más individual, pero ya se empezó a crear un grupo de chicos y chicas más concienciado, y era lo que tocaba entonces.
Pepe nos recuerda que la lucha no ha hecho más que empezar, y que aún en España se sigue rechazando la homosexualidad. Hay que recordar que en 69 países (⅓ del total mundial) las relaciones homosexuales están penadas legalmente, y en 11 de ellos con la muerte. Entre estos países que castigan la homosexualidad con la pena de muerte está Qatar, país donde se va a celebrar el próximo mundial de fútbol, y al que ningún país de la UE ha condenado por ello. Ninguna federación de fútbol ha rechazado jugar allí, y solo ha habido dos casos de futbolistas que se han negado a ir al mundial por ese motivo, pero sus federaciones simplemente los han excluido (no se saben los nombres).
A día de hoy no se sabe de ningún futbolista que haya hecho algún comentario al respecto. Creo que no es un tema sin importancia, de hecho es la demostración de que la homosexualidad o la sexualidad en todas sus variantes no heterosexuales aún sigue siendo un tema criminalizado de forma generalizada, a pesar de que hay quienes frivolizan hablando del Lobby homosexual y hablan de conspiración y del poder económico y social del colectivo Gay. Tampoco ha hecho mucho a favor del colectivo la imagen estereotipada que las televisiones venden sobre el colectivo.
Solo cuando en todo el mundo se pueda celebrar el 28 de junio como un día normal, se podrá decir que ya no es necesario, pero mientras tanto hay que recordar al mundo que hay muchas personas cuya sexualidad es simplemente distinta, ¡y punto!.