El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, reivindica el plan continuo para reducir las listas de espera puesto en marcha por su departamento y destaca que enero han vuelto a bajar, hasta las 83.000 personas, aunque reconoce que «tienen que seguir disminuyendo».
En una entrevista concedida a la Agencia Efe, Fernández Sanz se muestra reacio a «los planes de choque» para hacer frente a las esperas en sanidad, porque si «algo se soluciona con un choque, seguramente va a reventar cuando termines el choque», y prefiere los «planes continuados» que es la medida aplicada por su departamento.
Destaca que este plan continuado se puso en marcha sobre todo a partir de la tercera ola de la covid, cuando el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) vio que se podían destinar recursos a otras patologías que no fueran el coronavirus ni las urgencias y enfermedades oncológicas, que afirma que nunca se han dejado de atender.
Así, valora que, con la puesta en marcha de ese plan continuado contra las listas de espera, se ha reducido el tiempo medio de 280 días para una intervención quirúrgica en 2020 a 113 a finales de 2021 y desvela que, si bien a cierre del año pasado había casi 85.000 personas en espera, ya fuera para una consulta con especialista, para una prueba diagnóstica o para una intervención, a finales de enero eran 83.000 personas en lista de espera.
«Queremos seguir disminuyendo, tanto el número como los días de espera», subraya el consejero de Sanidad castellanomanchego que, en cualquier caso, recalca el ejercicio de transparencia de su departamento, porque cuando tomó posesión en julio de 2015, decidió publicar todos los datos de espera que se tenían, desde 2003.
Fernández Sanz también apuesta por «personalizar al máximo» los tiempos de espera, ya que admite que hay patologías que tienen más prioridad que otras y que «no es lo mismo en una edad que en otra».
FERNÁNDEZ SANZ CREE QUE TAMBIÉN HAY DESPOBLACIÓN SANITARIA
El consejero de Sanidad también analiza la situación de la Atención Primaria y afirma que faltan profesionales, pero advierte de que «muchos más van a faltar» cuando se jubilen los de la denominada «generación del ‘baby boom'», una situación que se dará «en toda España».
«Es malo, porque es entrar en una guerra tremenda con comunidades muy difíciles», como Andalucía, Madrid o Comunidad Valenciana, reflexiona Fernández Sanz, que sin embargo resalta que la comunidad autónoma ha puesto en marcha medidas para que trabajar en Castilla-La Mancha en el ámbito sanitario pueda ser más atractivo que en otras regiones, como «contratos de dos años continuados para médicos de familia o para especialistas carentes» y que las unidades docentes, es decir, los encargados de formar especialistas «estén bien tratados».
También añade que se intenta «crear sinergias» entre hospitales grandes y otros, como el caso de Ciudad Real con los de Manzanares o Valdepeñas, para que a los centros sanitarios de este último tipo «no les falte» personal; tratar de no hacer servicios «de una sola persona» porque si falla esa persona, el servicio «se hunde»; que el «rol de la enfermería cobre un espacio más importante» o incentivar con una «serie de prebendas» a los profesionales que se van a cubrir plazas en las zonas rurales.
«Somos una comunidad autónoma con 80.000 kilómetros cuadrados y dos millones de habitantes, que hace que ciertos sitios, como la sierra de Guadalajara o de Cuenca, en zonas de Albacete o en Cabañeros en Ciudad Real, sean de difícil cobertura. Es la despoblación, también hay despoblación sanitaria», reflexiona el consejero.
Con todo, y tras considerar que en Castilla-La Mancha «no nos debemos quejar porque viene gente de otras comunidades a trabajar aquí» en el ámbito sanitario, admite que en el apartado de los recursos humanos, «lo que más preocupa en este momento es la Atención Primaria».
Por ello, Fernández Sanz sostiene que desde 2015 se han tomado «muchas medidas» en tres niveles, una de las cuales ha sido aumentar las plazas para formar especialistas, hasta 500 en la actualidad aunque «hay que seguir creciendo»; un aumento de las plantillas, hasta los 34.000 contratados en el Sescam de estos momentos, la cifra más elevada de la historia, y avanzar en ese «cambio de roles» para «aprovechar más el trabajo de la enfermería, decidir qué cosas hace cada categoría, pero sin guerras y con consenso absoluto, para que todo el mundo haga todo lo que puede hacer para aportar».
El consejero también valora el diálogo iniciado con los sindicatos para recuperar derechos de los trabajadores, y asegura que el departamento que dirige no les han «engañado» a la hora de fijar las prioridades.
Fernández Sanz reivindica que primero se recuperó la nómina, cuando los trabajadores recuperaron lo que se rebajó del salario «y un punto más», luego se recuperó el número de profesionales y en tercer lugar, se aumentó el número de especialistas, por lo que «ahora toca hablar de la carrera profesional».
«Creo que va bien», apunta el consejero, que se muestra confiado en que se pueda llegar a un acuerdo a lo largo de este año y añade: «En ello estamos».