El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha recordado que la reforma laboral que esta semana tiene que ser respaldada por el Congreso de los Diputados es un acuerdo que ya viene pactado con sindicatos y empresarios, considerando que todo partido político que finalmente no dé su apoyo a la estrategia no lo hará en base a unos argumentos claros y tendrá que «explicar lo inexplicable».
En una rueda de prensa este lunes tras reunirse con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, García-Page ha apuntado que España daría «un ejemplo bastante triste» si el Congreso no respaldara un acuerdo «difícil» alcanzado entre sindicatos y empresarios.
Según ha dicho, en Castilla-La Mancha «interesa que se fortalezcan elementos de certidumbre» para empezar a crear empleo, algo que conseguiría esta reforma laboral.
«Algunos de los que se niegan podrían decir -para rechazarla- que no hay consenso social, pero la realidad es que sin argumentos tienen complicado explicar lo inexplicable, y siguen con la amenaza de volver a un sistema que genera infinitos dolores sociales», ha aseverado.