El Gobierno de Castilla-La Mancha ya se ha gastado 672 millones de euros en medidas económicas para combatir los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus, y a través de 60 líneas de actuación ha movilizado un total de 66.000 asignaciones presupuestarias que han permitido mantener un total de 24.000 empleos.
Así lo ha puesto de manifiesto el presidente regional, Emiliano García-Page, durante el congreso de Raíz Culinaria que se celebra en Cuenca, donde ha sacado pecho por hacer de Castilla-La Mancha «la región que más dinero gasta» no sólo contra los efectos del coronavirus sino en la estrategia posterior de recuperación.
Su Ejecutivo ha trabajado para «ensanchar» las ayudas nacionales, que «han venido cuando han venido», pero que en el caso de la región han llegado a miles de beneficiarios impulsadas por su gobierno.
Ahora «todo tiene que servir para recuperar anímicamente y en la autoestima», además de socialmente, como paso previo a «armarse» moralmente.
En materia de avances tras la pandemia, García-Page se ha mostrado esperanzado en los avances hacia un tratamiento contra el virus.
«Da toda la impresión de que antes de tres años no es que tengamos vacunas, es que podría existir medicación, es decir, tratamiento, es decir, posibilidad de cura. Sería quitarnos esta pesadilla para poder pensar en quitárnosla de la cabeza», ha abundado, asegurando que sería «una recompensa al esfuerzo mundial inmenso».