Si nos trasladásemos unas décadas atrás, nuestros Bombos, durante el mes de septiembre y parte de octubre, estarían con el cartel de «aforo completo», pues como, de sobra saben, estamos en plena campaña de vendimia. No cabría ni un alma entre sus redondas paredes de piedra, y con las comodidades justas, aunque con el cansancio acumulado de toda la jornada, no creo que importara mucho.
No nos cabe duda, que estos «hoteles», si tuvieran uso hoy en día, tendrían un magnífico bufet, al estilo del de antaño, y estaría compuesto por gachas, migas, caldillos de patatas, variedad de carne asada en la lumbre, huevos revueltos, etc. Y todo ello acompañado de un buen pan de cruz y vino de Tomelloso, y para rematar, de postre, sandia y melón. Sin duda cocina de alto standing para reponer fuerzas.
A todos nuestros vecinos y vecinas que están en plena campaña, les deseamos una gran cosecha.