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lunes, 25 noviembre
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Consumir alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares

Los alimentos ultraprocesados incluyen una amplia gama de productos como el pan de molde, los platos preparados, la comida rápida, los dulces y postres

El consumo semanal de alimentos ultraprocesados se relaciona con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, según una investigación presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología ESC 2021.

Los alimentos ultraprocesados incluyen una amplia gama de productos como el pan de molde, los platos preparados, la comida rápida, los dulces y postres, los aperitivos salados, los cereales de desayuno, la carne reconstituida, incluidos los nuggets de pollo y pescado, los fideos y sopas instantáneos, las verduras en conserva con sal añadida, los frutos secos recubiertos de azúcar, los refrescos y las bebidas azucaradas.

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Dado que existe poca información sobre la relación de estos productos con los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, este estudio examinó la asociación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares o la muerte por ellas durante un periodo de 10 años.

El análisis utilizó datos del estudio prospectivo ATTICA, que se llevó a cabo durante 2001-2012 en Grecia. En el estudio participaron adultos que no padecían enfermedades cardiovasculares en el momento inicial y a los que se preguntó por la frecuencia y el tamaño de las porciones de una serie de alimentos y bebidas consumidos durante los siete días anteriores.

Los investigadores también utilizaron un cuestionario para evaluar el nivel de adhesión a un patrón dietético saludable para el corazón, es decir, la dieta mediterránea, que hace hincapié en la fruta, las verduras y los cereales integrales. A los participantes se les asignó una puntuación de 0 a 55 (los valores más altos significan una mayor adherencia).

Se realizó un seguimiento de los participantes durante 10 años para detectar la aparición de episodios cardiovasculares mortales y no mortales, como infarto de miocardio, angina inestable, ictus, insuficiencia cardíaca y trastornos del ritmo cardíaco (arritmias).

En el estudio participaron 2.020 personas, de las cuales 1.014 eran mujeres y 1.006 hombres. La edad media era de 45 años. De media, los participantes consumían aproximadamente 15 raciones de alimentos ultraprocesados a la semana.

Durante los 10 años de seguimiento se produjeron 317 eventos cardiovasculares. La incidencia de eventos cardiovasculares fue progresivamente mayor a medida que aumentaba el consumo de alimentos ultraprocesados. Con un consumo medio semanal de 7,5, 13 y 18 raciones, la incidencia de enfermedades cardiovasculares fue del 8,1%, 12,2% y 16,6%, respectivamente. Cada porción semanal adicional de alimentos ultraprocesados se asoció con una probabilidad un 10% mayor de padecer enfermedades cardiovasculares en la década.

La asociación se reevaluó en función de la adherencia a una dieta mediterránea. El papel agravante de los alimentos ultraprocesados fue aún más fuerte en los participantes con un bajo nivel de adherencia a este patrón dietético.

En aquellos con una puntuación de dieta mediterránea inferior a 27, cada porción semanal adicional de alimentos ultraprocesados se asoció con una probabilidad un 19% mayor de padecer una enfermedad cardiovascular en la década.

En las personas con un nivel de adherencia a la dieta mediterránea de moderado a alto (puntuación superior a 27), cada porción semanal adicional de alimentos ultraprocesados se asoció a una probabilidad un 8% mayor de sufrir una enfermedad cardiovascular en un plazo de 10 años, pero la asociación dejó de ser significativa.

La autora del estudio, la doctora Matina Kouvari, de la Universidad Harokopio de Atenas (Grecia), advierte de que «se están acumulando pruebas de la asociación entre los alimentos ultraprocesados y el aumento del riesgo de varias enfermedades crónicas».

«Nuestro estudio sugiere que la relación perjudicial con las enfermedades cardiovasculares es aún más fuerte en quienes tienen una dieta generalmente poco saludable», alerta y reclama «iniciativas de salud pública y políticas de nutrición para promover la elección de alimentos nutritivos, mientras que en el caso de los individuos, parece sensato limitar la ingesta de alimentos ultraprocesados».

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