Un poco antes de entrar la estación de la primavera, y hasta que llegan los primeros calores del verano, el cielo, en sus amaneceres y atardeceres, por lo general, nos suele pintar magníficos lienzos durante los escasos minutos que dura el astro sol en su momento de alba y ocaso. Si las nubes no son grises de tormenta, podemos ver un mosaico de colores en el cielo que van desde diferentes tonalidades de azules, a anaranjados de todo tipo, vamos, un espectáculo.
Todo un privilegio disfrutar de ellos, reconfortan y dan energía para empezar la mañana, o, te hacen acabar la jornada de una forma agradable.
La naturaleza echa el resto, decorando a su antojo, y cada día, nuestro firmamento, y es totalmente gratuito.