Tras varias semanas con dudas sobre qué medidas restrictivas se aplicarían en Castilla-La Mancha durante esta Semana Santa, queda confirmado oficialmente el cierre perimetral de la región entre el 26 de marzo y el 9 de abril, el atraso del toque de queda hasta las 23:00 horas y se establece un máximo de 4 comensales en el interior de bares y restaurantes (frente al total de 6 que se establecía hasta ahora). Por su parte, continuarán permitiéndose los grupos de 6 personas en el exterior de los mismos.
En el caso de la hostelería, podrán permanecer abiertos también hasta las 23:00 horas, coincidiendo con el toque de queda general. Asimismo, todos lo municipios de la región pasan definitivamente a Nivel 2 y se recomienda que las reuniones en las viviendas particulares se limiten únicamente a convivientes, evitando las visitas.
Así lo ha anunciado este jueves el presidente de la región, Emiliano García-Page, tras celebrarse un Consejo Extraordinario que ha contado con la presencia de representantes del equipo de gobierno. Todo ello se ha anunciado después de que este miércoles el Ministerio de Sanidad diera a conocer un acuerdo con las distintas CCAA para establecer el cierre perimetral, adelantar el toque de queda y establecer un máximo de comensales. En el caso de Castilla-La Mancha, no afectan las medidas nacionales del fin de semana del 19 al 21 de marzo, puesto que la región no celebra el puente de San José.
Cabe recordar que la portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, ya había puesto sobre la mesa anteriormente la petición de que la Comunidad de Madrid cerrara perimetralmente para evitar movimientos de los ciudadanos de unas CCAA a otras, sobre todo teniendo en cuenta que Madrid registra una mayor incidencia del virus.
Por su parte, el presidente Page ha recordado que este decreto es que carácter obligatorio, por lo que todas las CCAA deberán cumplir estas condiciones mínimas. «Lo que le exigimos a Puigdemont se lo exigimos también a los demás», ha afirmado, en relación al desacuerdo de la Comunidad de Madrid con las medidas establecidas. Por todo ello, ha pedido «sentido común» para que se apliquen estas medidas que tienen un enemigo común: el virus.