La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha estimado un déficit del 1,4 por ciento del Producto Interior Bruto para 2021, tres décimas por encima del 1,1% previsto en el proyecto autonómico y que coincide con la tasa de referencia marcada por este órgano.
Para 2021, la AIRef ha supuesto una distribución de la transferencia extraordinaria del Estado para reducir el déficit de las comunidades autónomas que supondría para cada una el 1,1% del PIB regional.
A nivel global, prevé que las comunidades autónomas registren un déficit del 0,6% del PIB este año y del 0,8% del PIB en 2021, por debajo de la tasa de referencia del 1,1% fijada por el Gobierno, si bien alerta del riesgo de que el desajuste sea mayor desde 2022 ya que la financiación autonómica arrojará una liquidación negativa ese ejercicio. Además, estima que las entidades locales registrarán equilibrio este año y una décima de desajuste el próximo ejercicio.
La ratio de deuda en la región se situaría en un 37,7% del PIB en 2021, 1,3 puntos del PIB menos que en 2020. «Regresar al nivel de deuda del 35,1% registrado a finales de 2019 requeriría, bajo el supuesto de corrección anual fija del déficit de 0,25% del PIB, al menos una década», indica este informe.
En sus recomendaciones a todas las regiones, avisa a Castilla-La Mancha, que de cara a su presupuesto que se encuentra en tramitación, incorpore información sobre las medidas concretas que sustentan las previsiones de gasto, identificando fuentes de posible financiación y su naturaleza, valorando su impacto económico tanto del año que viene como del cierre de este.
Insta a la región a que adopte sus actuaciones en 2021 en función de como se vaya desarrollando la pandemia y del escenario que se materialice evitando incrementos estructurales de gasto que no vayan acompañados de la correspondiente financiación estructural.
Asimismo, a su juicio es preciso que la Comunidad «inicie los trabajos de elaboración del Plan de Reequilibrio contemplado en la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPSF) en consonancia con la estrategia fiscal a medio plazo del conjunto de las administraciones públicas que se diseñe para fijar la senda de la recuperación fiscal».
Además, prevé que los ingresos de la región, netos de recursos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), caigan libremente respecto a 2020, minorando 1,9 puntos su peso en el PIB y situándose por debajo de las estimaciones de la comunidad.
CRECIMIENTO EMPLEO
Asimismo, prevé un crecimiento de empleos en el 2% sin incluir los fondos del Plan de Resiliencia, cayendo un punto su peso del PIB y situándose por debajo de las cifras del proyecto, que recoge un incremento significativo de los gastos corrientes atribuidos al impacto de la pandemia «muy superior» al considerado por la AIReF.
El proyecto autonómico contempla un crecimiento de los empleos superior en un 3% al estimado por la AIReF, lo que elevaría el déficit en cuatro décimas si se ejecutasen completamente los créditos presupuestarios.
Los fondos del Plan de Resiliencia elevarían el crecimiento de los empleos al 13% y de ingresos al 8% según estimaciones de este órgano, elevando su peso en el PIB hasta el 21,12% y el 19,8% respectivamente.
MENOS RECURSOS EN 2022 Y 2023
Por ello, alerta de la menor disponibilidad de recursos en 2022 y 2023 por el impacto de las liquidaciones negativas del Sistema de Financiación Autonómica (SFA), el menor importe de fondos vinculados al Plan de Resiliencia y la ausencia de transferencias extraordinarias del Estado.
«La abrupta caída del crecimiento económico junto con el deterioro del saldo fiscal proyectado a partir de 2022 supondrá u aumento en el nivel de riesgo de sostenibilidad financiera en la región. La dependencia de mecanismos extraordinarios es muy elevada y sigue creciendo», afirma este órgano en su informe.