El pasado 25 de septiembre, un inocente ‘tuit’ a través del perfil en Twitter de Mara ( @_TamMc_ ) ilustrado con un arcoiris pintado con ceras de colores y con el lema ‘Todo va a salir regulinchi’ irrumpía en la red social como alegoría de la situación sanitaria en un contexto en el que tras un verano con medidas menos restrictivas volvían a Madrid los confinamientos selectivos. Apenas cinco semanas después, y tras hacerse viral en las redes sociales más utilizadas del país y reponerse de sucesivos plagios, el arcoiris empezó a brillar en camisetas cuya recaudación irá en parte a fines benéficos.
En un escenario de «mucho pesimismo» ante los pasos atrás en la desescalada y en la lucha contra el COVID, Mara quedó confinada en su distrito madrileño, aislada de familia y amigos e intentando mantener el ánimo.
Aunque ante el desánimo de sus padres, a los que no podía visitar, insistía en que todo iba a salir bien, decidió optar por el punto medio. «Quería transmitir que no todo es tan malo, que todo iba a ir bien, pero en mi casa no se lo creían. Así que decidí encontrar ese punto medio, cogí unas ceras que había por casa para hacer la broma y me salió el arcoris para al menos decir que no todo iba a salir tan mal».
Tras publicar también en Twitter su obra, a los pocos minutos el cartel empezó a recorrer un camino ascendente que todavía perdura y que coloca al ‘post’ cerca de los 15.000 ‘favs’ y más de 2.000 ‘retweets’. En los primeros momentos, incluso este mensaje en la red social fue compartido por cuentas como La Vecina Rubia a su casi millón de seguidores.
Pasa el tiempo y el mensaje «se desmadra» y empieza a poblar las redes sociales, pero en muchos casos sin citar la autoría. Con sólo tres días de vida, la ilustración llega incluso a manos del célebre humorista El Monaguillo, que comparte la imagen, aunque sin hacer referencia a la autora por desconocimiento, por lo cual se disculpó.
Incluso la marca ‘Rosito’ surgida a raíz del programa La Isla de las Tentaciones y que también ilustra camisetas con la figura de un oso de peluche rosa que simboliza la historia de infidelidad más sonada de esta temporada televisiva ha encajado un dibujo del muñeco en el popular arcoris y lo ha compartido en Instagram, si bien en este caso, pese a la petición reiterada de no utilizar una marca registrada para fines benéficos, no ha dado respuesta y sigue manteniendo el plagio en su red social.
En plena escalada de popularidad, surgieron las primeras propuestas para llevar el arcoiris ‘regulinchi’ del papel al algodón en forma de camiseta. «Ahí empecé a plantear que tanta viralidad podía servir para algo más, y en mi cabeza empezaban a surgir los planes», reconoce Mara sobre el momento en el que vio la posibilidad de traducir su inocente dibujo en una herramienta recaudatoria con fines benéficos.
Incluso, explica, llega a recibir ofertas de empresas privadas para embarcarse en el proyecto, hasta que Laura ( @_InviernoDulce_ ) se suma al equipo para asumir junto a Mara la gestión de lo que estaba naciendo.
«Decidimos entonces hacer algo chulo, con un buen fin, que es lo que nos pedía el cuerpo después de un año difícil. Había que terminar el año de otra forma y nos lanzamos solas», explica Mara sobre el momento en el que prendió la chispa y el proyecto cogió forma.
CASI 400 CAMISETAS VENDIDAS EN DOS SEMANAS
Con la decisión tomada y la máquina a pleno rendimiento de producción, Mara y Laura iban agotando stock ante la avalancha de cientos de pedidos que llegaban de todas partes, lo que les obligó a aprender a marchas forzadas cómo gestionar el volumen de trabajo y burocracia.
Según detalla, al tratarse de personas físicas, y no una empresa, no tienen autorización para hacer uso del nombre de la ONG a la que van a destinar los beneficios de la venta de camisetas.
Con la incorporación de Elvira ( @Ellezf ) se completa el equipo y empiezan a acortar tiempos. «Tres personas en una aventura muy loca, sin idea de negocios, de costes, de ventas, de márgenes o de estudios de mercado», incide Mara, extremo pese al cual defienden desde el primer minuto la vocación benéfica del improvisado proyecto.
TAZAS Y BOLSAS DE TELA, EL SIGUIENTE PASO
El éxito del arcoiris abrió paso a la idea de ampliar el catálogo de merchandising benéfico a más productos, de forma que tazas y bolsas de tela ya están en camino. «Tenemos muy buenas sensaciones a futuro con nuevos productos que están a punto de llegar», ha dicho.
El «jarro de agua fría» llegó esta semana cuando una conocida marca imprimió tazas con su ilustración sin previo aviso. «No nos preocupaba tanto el plagio como la posibilidad de que nos quitaran la imagen cuando ya teníamos todo preparado», afirma Mara, quien precisa que en todo caso en seguida retiraron el producto del mercado tras solicitárselo.
Ahora, en pleno cursillo acelerado para adaptar la arquitectura legal de la marca y registrar el dibujo, las tres integrantes del equipo ‘regulinchi’ están convencidas de seguir adelante en su camino con la vista puesta en seguir recaudando fondos.
«Ya tenemos una marca, una imagen, e irremediablemente tenemos que dar pasos hacia la creación de una sociedad para seguir cumpliendo las leyes», asegura Mara, quien, consciente de que la pandemia tocará a su fin algún día, tiene la intención de seguir adelante con su proyecto benéfico.
Por ello, la sociedad resultante tendrá una responsabilidad social corporativa «muy marcada, clara y pública, y girando siempre en torno a la donación» de los beneficios.
«Si algo tenemos claro es que no vamos a parar. No queremos negocio, no es eso lo que nos ha traído hasta aquí. Tenemos vida fuera de esto», defiende Mara, quien compromete que pese a la gran cantidad de horas de trabajo que implica sacar adelante un proyecto que nació de un simple dibujo seguirá luchando para que su fin benéfico amplíe sus horizontes. «Nada mejor que poder ayudar a familias afectadas por la enfermedad. Nos pareció la idea perfecta».