Si hablamos de fiestas y tradiciones, podría leer la mente de cada uno de los tomelloseros que hoy leen estas líneas. Hoy, estaríamos metidos de lleno en uno de los fines de semana más importantes para nuestra ciudad, la Romería de nuestra Patrona La Virgen de las Viñas. Una festividad que a pesar del tiempo inestable que siempre nos ha acompañado, porque ya saben eso que dicen que nuestra Patrona siempre trae lluvias. Y así ha sido, salvo excepciones, ya que hemos acompañado a la Virgen de las Viñas más de una vez “con el frío en el cuerpo”. Pero eso sí, esos nunca ha supuesto un impedimento.
Este año, el tiempo no es el que nos impide celebrar nuestra Romería sino un “enemigo invisible” que sin duda ha entristecido los corazones de nuestra ciudad que ha pasado por muy malos momentos pero que se va recuperando poquito a poco. Un enemigo que venceremos con la ayuda y el compromiso de cada uno de nosotros. Eso sí, lo que nunca podrán quitarnos es el sentimiento de unión y de tradición que sentimos en nuestro pueblo cuando llega el último domingo de abril.
Si algo distingue a la fiesta mayor de Tomelloso, son, como negarlo, las espectaculares y vistosas reatas enjaezadas. Las distintas asociaciones de muleros y carreros mantienen viva una tradición que se remonta a las primeras Romerías. Si cerramos los ojos aún podemos ver las filas de mulas, impecables, coloridas y luminosas tirando de los preciosos carros. Algo que engalana la ciudad durante este fin de semana.
Y como olvidarnos de otra de las características más espectaculares de esta fiesta, sus carrozas “de verde”. Singulares por mezclar la tradición de carros tirados por mulas, que aún desfilan, con modernos tractores llevando sus remolques. Una Romería que une las tradiciones más antiguas con las más modernas.
Quien ha vivido una de sus Romerías sabe lo impresionante que es ver las posaderas de las mulas que son afeitadas hasta formar frases y dibujos, sus colas trenzadas con cintas de colores y las testuces adornadas con todo tipo de adornos, para tirar del carro tradicional tomellosero.
VIERNES DE PREGÓN CON ALGUNAS LÍNEAS EN BLANCO
Los actos comienzan con el Pregón que este año corría a cargo del periodista y miembro de la Hermandad de la Virgen de las Viñas desde hace veinte años, Carlos Montañés. Hemos tenido el placer de hablar con él y compartir algunas de las sensaciones que inundan esta gran responsabilidad que comenzó con una llamada del Presidente de la Hermandad de La Virgen de las Viñas, Alejandro Ramírez, quien se estrenaba en su cargo el pasado año.
Una llamada y una carta que llegaba a mediados del mes de febrero y que inundó a nuestro pregonero de un sinfín de sensaciones. Por un lado, la gran responsabilidad que conlleva ser el pregonero de tu ciudad y por otro lado, el poder plasmar mediante palabras, que de eso nuestro protagonista sabe bastante, la devoción y el sentimiento hacía nuestra Patrona.
Carlos Montañés nos confiesa que tan solo pudo escribir unas brevísimas líneas que formaban parte del saludo y una introducción, cuando todo se paralizó. Lo que sí nos ha podido adelantar es que el hilo de su discurso lo tenía claro desde el principio y así lo mantendrá hasta el próximo año: Mostrar la devoción hacía la Virgen de las Viñas y la importancia del sentido de la familia.
Un discurso que esperaremos hasta el año que viene para escucharlo, eso sí con muchas ganas y con más ilusión que nunca.
Al igual que para disfrutar de nuestra mayorala que en este caso, al igual que el pregonero, también lo será en la Romería del año 2021, nuestra veterana en la Hermandad de la Virgen de las Viñas, Asunción Pedraza. Miembro desde hace más de cincuenta años.
Un fin de semana repleto también de actividades tanto culturales como de ocio para todas las edades, que tendrán que esperar un año más para ser disfrutadas.
Es cierto que este año no nos desplazaremos hasta el Santuario de Pinilla ni tampoco podremos acudir hasta los pies de la Virgen acompañados de nuestros familiares y amigos, ni disfrutar de una buena comida. Nuestra Patrona se tendrá que quedar en Pinilla unos días más, quién sabe si meses pero con la certeza de que vivirá dentro de cada uno de nosotros.
¡Feliz Romería! ¡Y que viva nuestra Patrona La Virgen de las Viñas! ¡Y su niñete!