O violencia machista. Y está en las entrañas de una sociedad patriarcal que ha ejercido secularmente todo tipo de violencia hacia las mujeres sobre la base de la desigualdad, que ha frustrado sueños y esperanzas, vidas que prometían. En definitiva, que ha impedido ejercer derechos y libertades a la mitad de la población.
La desigualdad pudiera parecer cosa del pasado, pero lamentablemente no lo es. Aunque hemos alcanzado cotas de igualdad y de libertad inéditas hasta ahora, queda mucho por hacer, porque la peor cara de este problema – que es estructural – se nos muestra descarnada y cruel con los asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres, o lo que es peor, de sus criaturas con el fin de infringirles el peor de los daños imaginables.
En España, en lo que va de año, han sido asesinadas 51 mujeres y 3 niños; desde 2003 más de 1.000 mujeres han dejado 269 criaturas huérfanas y, por si ello no fuera suficiente, 44 menores también fueron cruelmente asesinados. El terrorismo machista ha provocado más muertes en los últimos 16 años que la banda terrorista ETA en toda su existencia. No cabe negar la evidencia. ¿Qué persiguen quienes lo quieren silenciar?
Son las cifras del horror y hay que hacerlas visibles, porque hoy se hace más necesario que nunca que alcemos la voz, que pongamos el foco en el problema y actuemos. No podemos ponernos de perfil ni apartar la vista porque negarlo es parte del problema. Cada vez que alguien dice que la violencia de género no existe, está empoderando al maltratador y dejando a la intemperie a la víctima. Ellos han elegido su papel, elige tú el tuyo, elige actuar.
La negación de la violencia machista supone retroceder en la consideración social de este tipo de violencia para desmontar el sistema jurídico y de protección que con tanto trabajo hemos creado, para volver a viejos debates que ya estaban superados. Esto es algo que no podemos consentir y que no vamos a consentir.
Sigamos enumerando horrores. Según los datos del Ministerio del Interior, ocho mujeres son violadas al día en nuestro país. Y según la Fiscalía General del Estado, las agresiones sexuales en grupo aumentaron un 23% durante el pasado año. ¿También esto se lo inventan las mujeres?
La Fiscalía General del Estado en su informe anual nos hace saber que el 90% de las mujeres que ejercen la prostitución lo hacen obligadas a ello, y que la prostitución está directamente vinculada al tráfico de mujeres y menores. Solo el año pasado se detectaron más de 14.000 esclavas del sexo ¿Alguien puede imaginar el horror y la violencia que sufren a diario? ¿Alguien es capaz de negarlo? Y, sobre todo, ¿por qué?
Podría seguir, los datos son abrumadores y detrás de ellos hay personas, mujeres con nombre y apellidos, con sueños y esperanzas, que sufren en su piel la más cruel manifestación de la desigualdad que es la violencia machista en sus innumerables manifestaciones.
Una sociedad sana, democrática y madura es la que defiende la libertad, la igualdad y la justicia como valores constitucionales básicos y no puede ni debe cerrar los ojos ante este fenómeno. Debe elegir su papel y a mi modo de ver, nuestro papel es construir un muro de contención contra la injusticia, el dolor y el sufrimiento que provocan las distintas manifestaciones de la violencia de género. Elige tu papel. Yo el mío lo tengo claro.
Blanca Fernández Morena
Consejera de Igualdad y Portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha