La exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos y su posterior inhumación en el panteón del cementerio de Mingorrubio El Pardo que ha usado en exclusiva su familia se llevará a cabo a lo largo de la mañana de este jueves, en una operación que podrá durar entre unas dos y cinco horas aproximadamente.
Todo comenzará pronto en la mañana, con la recogida en distintos puntos de Madrid en minibuses del parque móvil del Estado de los 22 familiares que han querido estar presentes en la exhumación, fundamentalmente sus nietos con sus cónyuges e hijos respectivos, entre los que figura Luis Alfonso de Borbón.
Tanto los familiares como los operarios que participarán en los trabajos de exhumación deberán pasar por un detector de metales e introducir sus pertenencias en un escáner para evitar que nadie grabe imágenes ni sonido en el interior de la Basílica, una precaución que se seguirá también en el momento de la inhumación en Mingorrubio.
Con esta medida el Gobierno quiere garantizar el cumplimiento de las condiciones que estableció en el acuerdo que fijó la fecha de exhumación sobre la prohibición de uso de medios de captación de imágenes y sonido en esos dos momentos del proceso, así como en el traslado.
Para una mayor garantía en el caso de la exhumación sobre la actual tumba de Franco en la Basílica del Valle se ha colocado una carpa cubierta hasta con techo en la que sólo se permitirá el acceso de los operarios que trabajen en el levantamiento de la lápida (entre cuatro y seis), de dos familiares, y de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, a la que podrán acompañar el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaño, y el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo.
Los trabajos de exhumación se iniciarán a las 10.30 horas y se prolongarán entre una hora, en el mejor de los pronósticos, y tres horas si surge algún contratiempo. Con la ayuda de un gato hidráulico los operarios retirarán la lápida de la tumba de Franco, que pesa 1.500 kilos, y que una grúa se llevará posteriormente del Valle de los Caídos a un lugar que el Gobierno ha rehusado precisar, pero donde no nadie podrá visitarla porque en ningún caso se expondrá al público.
El cuerpo de Franco se conserva dentro de una caja de zinc sellada, introducida a su vez en un ataúd de madera que podría estar deteriorado por el paso del tiempo. El Gobierno ha previsto por ello otra caja de madera para, en caso necesario, pasar el féretro al nuevo ataúd antes de trasladarlo a Mingorrubio.
En cambio, el Ejecutivo ve probable que la caja de zinc se conserve en buen estado. De ser así, no se abrirá para comprobar que efectivamente es el cuerpo de Franco el que se conserva en su interior. El Gobierno no lo considera necesario ya que cuando se enterró al dictador, el entonces notario mayor del Reino, el ministro de Justicia José María Sánchez-Ventura, certificó que el cadáver introducido en el ataúd era el de Franco.
Sólo si la caja de zinc estuviera deteriorada sería necesario tocar los restos directamente para trasladarlos al nuevo féretro. Un médico forense cuya identidad el Gobierno no ha facilitado por su seguridad se encargará de supervisar todo el procedimiento.
Uno de los elementos que hacen pensar que el féretro se conserve en buen estado es que la actual tumba está cubierta por hormigón y plomo, lo que debería haber funcionado como protección ante corrientes subterráneas de agua.
EL PRIOR BENDECIRÁ LOS RESTOS A PETICIÓN DE LA FAMILIA
A petición de la familia, el prior de la Basílica del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, bendecirá los restos cuando estos salgan de la carpa, pero ningún monje benedictino más podrá estar presente en el interior de la Basílica en ese momento.
El féretro será sacado de la Basílica a hombros por cuatro de los familiares de Franco y, junto a miembros de la empresa funeraria, será transportado hasta la explanada del Valle, donde esperará el coche fúnebre. No se les permitirá cubrir el ataúd con bandera alguna, como habían solicitado, ni tampoco se rendirán ningún tipo de honores.
Para el traslado del féretro a Mingorrubio, la primera opción que contempla el Gobierno es la del helicóptero, siempre que el tiempo lo permita, y la previsión para este jueves en la zona es favorable.
El Ejecutivo ha tomado todo tipo de precauciones para que nada falle ese día, como demuestra el hecho de que serán dos los helicópteros del Grupo 45 del Ejército del Aire movilizados en el recinto del Valle por si uno fallase.
El recorrido hasta Mingorrubio en helicóptero lleva entre 10 y 15 minutos, mientras que si se optara por la carretera, el tiempo del viaje aumentaría a los 30 o 40 minutos. En el traslado acompañará al féretro, en representación de la familia, su nieto Francis Franco.
MISA Y SÍMBOLOS, SÓLO EN MINGORRUBIO
Ya en Mingorrubio, y dentro de lo que el Gobierno entiende como una ceremonia íntima de enterramiento, a petición de la familia habrá una misa que oficiarán el prior Cantera y el sacerdote Tejero, hijo del militar golpista del 23-F.
En el interior del panteón la familia sí que podrá cubrir el ataúd con las banderas o elementos que quiera. Y es que el Ejecutivo subraya que ese espacio es un panteón familiar, aunque la titularidad del edificio sea de Patrimonio del Estado.
TVE en régimen de pool retransmitirá la señal desde la explanada del Valle, ya que al resto de medios de comunicación sólo se les permitirá estar en la puerta de entrada al Valle. Lo mismo ocurrirá en Mingorrubio, dónde sólo TVE y fotógrafos de EFE podrán aproximarse al panteón.
Según estimaciones de Moncloa, serán cerca de 500 profesionales de 150 medios de comunicación de todo el mundo se han acreditado para seguir este proceso. En concreto, son 92 medios de comunicaciónnacionales, tanto de ámbito estatal como autonómico, así como 58 internacionales, procedentes de 17 países.
Periodistas de Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Francia, Holanda, Irán, Italia, México, Portugal, Qatar, Reino Unido, Rusia, Turquía y Venezuela seguirán la jornada y, en otros muchos, como en Japón, se conectarán a la señal pool que facilita TVE.
Toda la operación de exhumación, traslado e inhumación tiene un coste que el Gobierno calcula en 63.061,40 euros. Lo más costoso ha sido adecuar el panteón de Mingorrubio con la instalación de una puerta blindada, unas nuevas rejas en ventanas y la construcción de una nueva losa, que ha supuesto un gasto que supera los 39.000 euros.