Y cuando se ve a este particular ave migratoria, dice la tradición, que viene de mensajera para anunciar la llegada de un bebé, o incluso lo trae ella misma de París. Dicho curioso que conoce todo el mundo.
A través de esta casa, medio derruida, asoma por la ventana, anidando, temporalmente, en lo alto de la antigua chimenea, sita al lado de la vieja estación del Zancara. Un pequeño descanso para seguir su viaje hacia el sur en busca de calor.