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Una tomellosera en el equipo universitario que ha arrasado en la mejor competición universitaria

Han construido una máquina capaz de imprimir en el ADN de una bacteria con el que se han proclamado ganadores absolutos del concurso iGEM 2018, el certamen de biología sintética más importante del planeta

El equipo de la Universitat Politècnica de València se ha proclamado ganador absoluto del concurso iGEM 2018, el certamen de biología sintética más importante del planeta, celebrado en Boston (EE UU) del 24 al 28 de octubre, en el que han participado 343 instituciones de todo el mundo, según ha informado este lunes la institución académica en un comunicado.

Una tomellosera en el equipo universitario que ha arrasado en la mejor competición universitaria
Tzvetelina Ilieva Anguelova (Betty)

De este equipo forma parte Tzvetelina Ilieva Anguelova, conocida por Betty por sus amigos, nacida y criada en Tomelloso. Betty ha sido alumna del IES Eladio Cabañero hasta que se marchó a Valencia para estudiar en la Universidad Politécnica de Valencia el Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales, y actualmente se encuentra estudiando el segundo año del Máster de Ingeniería Industrial. En marzo de este año ha entrado en el equipo que ha participado en el iGEM como responsable de desarrollo del Hardware para el proyecto «Printeria».

Además del primer premio, el equipo de la UPV ha recibido cinco galardones especiales; Mejor Proyecto con Nueva Aplicación; Mejor Software; Mejor Hardware; Mejor Wiki y Mejor Modelado. Nunca antes ningún equipo español había conseguido un resultado como este. Hasta el momento, la mejor marca era la de la UPV de 2016, cuando obtuvo una medalla de oro y dos premios especiales.

El proyecto desarrollado por los diez alumnos de la Universitat Politècnica de València se llama Printeria, un artilugio del tamaño de una caja de zapatos capaz de imprimir en el ADN de una bacteria. Con esta propuesta ha ganado a los proyectos presentados por todas las universidades participantes, entre ellas las punteras de Harvard, Yale, Oxford, MIT, Cambridge, Imperial College de Londres, Columbia, San Diego, ETH Zurich, Stanford, Munich, Delft, UCLA, Sorbona o Aalto.

Este proyecto está pensado como una «poderosa» herramienta didáctica, artística y como un sistema de automatización de procesos de laboratorio, pero a medio plazo podría «servir incluso para imprimir insulina en casa», según las mismas fuentes.

Printeria consta de un software, un hardware y un kit compacto de laboratorio. Y, pese a su apariencia, es tan sencillo de manejar como una impresora doméstica. De hecho, cuenta con un sistema de carga de líquidos a la manera de cartuchos de impresora, y como ellos, se sustituyen por recambios cuando se agotan. «Es intuitivo, es simple, es doméstico y puede cambiar el mundo», según han explicado los responsables.

Como otras revolucionarias impresoras 3D, Printeria tampoco usa tinta como material de impresión, sino una amplia colección de piezas de ADN que se ensamblan para obtener diferentes unidades de transcripción, que modifican genéticamente un chasis bacteriano específico.

Una tomellosera en el equipo universitario que ha arrasado en la mejor competición universitaria

UN EQUIPO MULTIDISCIPLINAR Y DIVERSO

Junto a Betty, componen el equipo de iGEM UPV otros nueve alumnos de diversas disciplinas (Biotecnología, Ingeniería Biomédica, Ingeniería Informática, Ingeniería en Tecnologías Industriales, Ingeniería Eléctrica y Bellas Artes). Son Adrián Requena, Carolina Ropero, Carlos Andreu, Roger Monfort, Marc Martínez, Héctor Izquierdo, Blanca Madorrán y Joan Casado.

Con ellos han viajado hasta Boston dos de los instructores del proyecto: la ecuatoriana Yadira Boada y el argentino Alejandro Vignoni, ambos doctores en ingeniería electrónica y de control por la UPV.

Al acabar la ceremonia de entrega de premios, el equipo al completo se mostraba exultante. «Estamos muy contentos y muy emocionados. Ha sido una prueba súper intensa y hemos ganado un montón de premios que no esperábamos. Después de tanto trabajo duro y tantas dificultades, al final ha salido», han explicado Roger Monfort y Joan Casado.

Alejandro Vignoni ha destacado el gran esfuerzo, también económico, que han realizado. «El presupuesto de algunos equipos es muy generoso. Hay enormes diferencias entre unos y otros. Y la abundancia de, por ejemplo, las ejecuciones del norte de Europa contrasta con la calamitosa escasez de recursos de la Europa mediterránea. Nuestro proyecto estuvo a punto de peligrar por el abandono de patrocinadores y la falta de apoyos«.

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¿QUÉ ES EL iGEM?

iGEM (International Genetically Engineered Machine) comenzó en 2003 como una competición de verano dirigida a los alumnos del MIT. Un año después, la prueba se convirtió en internacional y, en esta edición, hay inscritos 343 equipos de todo el mundo.

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