El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, tras la reunión mantenida este lunes en el Palacio de La Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que se lleva su compromiso de intentar duplicar la capacidad de desalación en el Levante hacia el año 2021, algo que servirá para «suavizar la hipoteca» que supone el trasvase para la Comunidad Autónoma.
Así lo ha asegurado García-Page en la rueda de prensa posterior a la reunión, donde ha reconocido que la posición que ha de tomar el Gobierno nacional será «controvertida para todos».
«El trasvase se va a acabar. Podremos decir que hay agua para todos. Veo tensión en el corto plazo, pero vamos a mantener la misma posición. Si siguen haciendo trasvases no ajustados a derechos, seguiremos recurriendo y tomando decisiones», ha indicado.
En todo caso, ha asegurado que hay «una clara voluntad» de Pedro Sánchez en cambiar la estrategia actual, ya que ha mostrado su compromiso de «trabajar en torno a un auténtico pacto del agua a nivel nacional».
Dicho esto, el titular del Ejecutivo castellano-manchego ha insistido en que el trasvase existe porque se «ideó en la dictadura», ya que «en democracia, no se haría». «Hay un derecho claro a que esta hipoteca no sea eterna y de alguna manera finalice. O de manera abrupta o buscando alternativas», ha advertido.
Por ello, García-Page ha abogado por que dentro del nuevo pacto hidrológico a nivel nacional haya «una nueva medición» de los embalses de cabecera para elevar la lámina mínima a partir de la cual se puede trasvasar, además de reducir el precio del agua desalada.