La presidenta de Autismo de la Federación de Autismo de Castilla-La Mancha, Cristina Gómez, ha expresado la necesidad de romper los mitos del Trastorno del Espectro Autista (TEA) en la jornada ‘El TEA en la literatura’ donde ha considerado que «la sociedad tiene que sensibilizarse porque todas las personas son diferentes y no sólo los discapacitados».
De esta manera, la presidenta ha apuntado en rueda de prensa que la jornada se ha enmarcado en la literatura, en concreto en el libro ‘El Jinete del Silencio’ de Gonzalo Giner, porque «como el cine es una vía para visualizar y normalizar el autismo».
En relación con el libro, Gómez ha indicado que le ayudó, cuando sus hijos –con autismo– eran pequeños, para saber las dificultades que podrían tener a medida que iban haciéndose mayores. Además, ha agradecido al escritor lo que ha contribuido con la obra literaria a los colectivo con trastornos del espectro autista.
La presidenta ha estado acompañada en la jornada por la directora técnica de Asociación de Personas con Autismo de Toledo (APAT), Laura Olmos, el escritor del libro ‘El jinete del silencio’, Gonzalo Giner, y por un miembro autista de la APAT, Alberto Mora.
La directora técnica ha querido dejar claro que el colectivo de personas con TEA «no es heterogéneo» pues «todas las personas no son iguales y cada una tiene una sensibilidad diferente como todas las personas». Además, ha manifestado que el TEA «no es una enfermedad, es una forma de ser».
En este sentido, ha ejemplificado el trabajo que realizaba como psicóloga con uno de los hijos de la presidenta de la federación, donde «apoyaba al niño con el estudio y este se quejaba por la luz que entraba por la ventana, pero lo que le ocurría es que tenía hipersensibilidad lumínica».
UN NIÑO EN EL SIGLO XVI
El veterinario y escritor de ‘El Jinete del Silencio’ ha relatado que tiene como protagonista a un niño con Síndrome de Asperger del siglo XVI, llamado Yago, donde tiene muchas dificultades para comunicarse y interaccionar con el resto de personas, pero encuentra en los animales, en concreto en el caballo, una forma de relacionarse.
Giner ha manifestado que la figura de Yago surge por «su profesión de veterinario donde busca entender el comportamiento de los animales», así como «la similitud en la forma de pensar que tienen las personas con autismo con los animales, que asocian imágenes con las situaciones que han vivido en ese lugar».
De esta manera, ha señalado que la equinoterapia, tratamiento dirigidas a personas con algún tipo de discapacidad a través de caballos, «es una terapia que no soluciona el TEA de las personas pero si ayuda a mejorar trastorno de estas personas».
Por otro lado, un miembro autista de APAT ha explicado que «el autismo no es una enfermedad y que en su asociación realizan actividades rutinarias como cualquier persona, desde ir a la piscina hasta trabajar un huerto todos los viernes» en el barrio del Polígono de Toledo.