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martes, 19 noviembre
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Francisco Carretero Cepeda

Nació el 3 de diciembre de 1879, en la calle Toledillo de Tomelloso, en el seno de una modesta familia de agricultores. Sus padres – Francisco y Francisca- tuvieron ocho hijos, – siendo el pintor el mayor de ellos.

Según su familia, Carretero repetía que el OCHO era su número mágico, pues aparecía ligado a distintas circunstancias de su vida: además de ser el mayor de ocho hermanos, fue sorteado para el Servicio Militar con el mismo número, fue nombrado Alcalde de la ciudad por segunda vez el día ocho de febrero de 1920, falleció después de los ochenta, y ocho años después de Móngela, su esposa… Por último, logró mantener el número ocho en su casa de la calle «Pintor Francisco Carretero» –a partir de entonces, nombre definitivo de la misma-, cuando, por acuerdo municipal, se cambió la numeración de la calle. ¿Superstición, capricho…? En cualquier caso, esta anécdota ilustra su personalidad y su entronque con la sabiduría tradicional: no olvidemos que en la cosmogonía medieval, el número ocho, era el símbolo de Regeneración e Iniciación.

Desde pequeño trabajó en el campo razón por la que no asistió regularmente a la escuela. Su dedicación a la agricultura y la ausencia de formación académica, son dos constantes que determinaron la figura de Francisco Carretero, pues le proporcionaron la posibilidad de elaborar un modo propio de relación con el mundo, de conocer y expresar la realidad a través de la práctica artística haciendo de él un singular ejemplo de sorprendente autodidaxis y, sobre todo, de autenticidad.Francisco Carretero Cepeda

Muestra de ello, es que realizó sus primeras «obras» -según propio testimonio- dibujando con carbón sobre las piedras. También lo ilustra, por otra parte, el hecho de que no confiriera a sus obras un valor material: vendió poco, siempre a requerimiento de sus amigos, donó a instituciones y regaló a todos.

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El 1 de enero de 1918, asume por primera vez la alcaldía de Tomelloso. Entonces era ya un importante agricultor y también comerciante. A esta posición le llevó, además de un intenso trabajo, su gran curiosidad – puesta al servicio de nuevas experiencias agrícolas que lo convirtieron en un auténtico experto en la materia. Esta curiosidad y espíritu práctico se vio reflejado también a lo largo de su gestión municipal. Sirva como ejemplo, la felicitación de que es objeto por la Corporación Municipal tras su primer mandato, en donde se le agradece especialmente su celo demostrado en el abastecimiento de harinas. En sus casi cinco años al frente de la Alcaldía (1918 a 1920, 1921 a 1923 y 1931), proporcionó a Tomelloso las primeras zonas verdes.

Carretero pintó durante toda su vida, pero se aprecian a través de su obra, varias etapas cuyo boceto, a grandes rasgos, podría ser el siguiente:

Hasta los años veinte, se conservan obras suyas que reflejan un seguimiento de las normas académicas: escenas imbuidas de romanticismo en idílicos paisajes, bodegones construidos como aplicados ejercicios académicos, escenas religiosas… Sin embargo aparecen ya por estas fechas paisajes aún realistas, todavía soporte de escenas, aún llenos de ingenuidad, pero ya anunciando su próxima libertad de ejecución y la particularísima y potente concepción del color. Para entonces, Carretero seguía su propio programa de aprendizaje y formación, visitando museos, asistiendo a tertulias y leyendo asiduamente revistas de arte, cuya información procesaba a su propia manera.

Después de la guerra comienza a perfilarse el artista que unos años después, realizará su obra más genuina: el PAISAJE en estado puro, interpretado de manera personalísima, a través de un concepto del color libre, arriesgado y original. Sus paisajes de los cincuenta son de gran modernidad. Incorporan los hallazgos plásticos de impresionistas, fauvistas, y gran parte del primer expresionismo. Sin embargo esta incorporación es intuitiva. Una intuición que no se sustenta en el aire, sino que constituye un procedimiento empírico, firmemente apoyado por su gran experiencia en «ver» la naturaleza y en conocerla profundamente.

En esta época realiza las exposiciones fuera del ámbito local y envía sus obras a Bienales Hispanoamericanas de arte. Se relaciona con personajes de la vida cultural del país, estableciendo con ellos una franca amistad, como demuestra la correspondencia que conserva su familia.

Hijo Predilecto de Tomelloso desde 1952, Miembro del Instituto de Estudios Manchegos a partir de 1959, falleció en su casa el lO de agosto de 1962. Según testimonio familiar pintó hasta que se lo impidió su estado de salud (aproximadamente hasta un año antes de su muerte), dejando inacabados algunos lienzos.

Torre de Gazate Airén

En el año 1991, Ayuntamiento de Tomelloso y la Diputación Provincial de Ciudad Real le rinden homenaje, organizando una exposición antológica en la Posada de los Portales.

El Ayuntamiento de Tomelloso custodia y exhibe en exposición permanente la colección de cuadros de este pintor que él mismo donó a su ciudad, llevando su nombre la Sala de recepciones del Palacio Municipal.

Página de Facebook dedicada al pintor de dónde está sacado el texto y las fotos

Francisco Carretero Cepeda

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