Las numerosas incógnitas que rodean al Quijote apócrifo, firmado por Alonso Fernández de Avellaneda, ha sido el hilo conductor de la conferencia sobre el autor del falso quijote, que ha impartido el profesor de la UCLM, Ángel Almarcha, este viernes a los alumnos de sexto de primaria y primero de Bachillerato en la Casa de Medrano de Argamasilla de Alba.
Como la mayoría de las actividades culturales del mes de abril, la charla es parte integrante del programa de la Jornadas Cervantinas que hasta el sábado 3 de mayo celebra la localidad y del IV Centenario de la publicación del Quijote de Avellaneda.
¿Quién pudo ser realmente Avellaneda? o ¿por qué un autor copia los patrones de un libro para escribir otro nuevo?, fueron las principales preguntas que Almarcha lanzó a los asistentes, y entorno a las cuales los expertos siguen trabajando después de cuatrocientos años.
Según ha señalado Almarcha, hasta el momento no se conoce a ningún Alonso Fernández de Avellaneda, aunque si se conoció un tal Alonso Fernández de Zapata, cura de la localidad abulense de Avellaneda, pero son muchas las teoría del posible autor, que han llegado hasta nuestros días, desde un súbdito de Lope de Vega hasta el propio Lope de Vega, pasando Tirso de Molina o Francisco de Quevedo.
Para el ponente, Avellaneda, no sólo se apropió del contenido de la primera parte del Quijote, sino de la estructura y el estilo. Así al igual que Cervantes intercaló relatos cortos, y copió multitud de giros, expresiones, citas y dichos.
Entre las principales diferencias entre este Quijote y el de Cervantes, Almarcha destacó una psicología de los personajes más pobre; las locuras de don Quijote no tienen el trasfondo humorístico del original; además la locura del personaje cervantino es coherente y con una visión del mundo compleja.