El candidato del PSOE a la Presidencia de Castilla-La Mancha y secretario regional de esta formación política, Emiliano García-Page, ha mostrado este lunes su disposición a reunirse, antes de que se constituyan las instituciones, con la presidenta de la Junta en funciones, María Dolores de Cospedal, para «restañar las heridas» que ha habido a lo largo de esta «dolorosa» legislatura.
Así lo ha indicado García-Page en declaraciones a los medios momentos antes de reunirse en las Cortes regionales con el coordinador regional de IU, Daniel Martínez, donde ha dicho que queda a disposición del PP para que fije el momento, la fecha, la hora y el lugar, «que tiene que ser fuera de las instituciones, como es razonable», ha señalado.
«Nosotros vamos a plantear con claridad que estoy dispuesto a ser yo quien mantenga la reunión con Cospedal en el bien entendido de que representa una parte importante de la región y que es la presidenta de Castilla-La Mancha en funciones», ha señalado, para añadir que el PSOE ya ha manifestado a los responsables del PP su disposición y que la reunión «tiene que plantearse al máximo nivel de representatividad».
A juicio del responsable socialista, no se trata de pasar página pero sí de «superar las hostilidades» para mirar al futuro. «No sé cuál será el que se pueda platear ella misma, pero conviene tener una conversación en profundidad sobre la situación que tenemos y qué es lo que nos queda por delante en el papel del gobierno o la oposición», ha agregado.
A preguntas de los medios, García-Page ha indicado que le gustaría que la reunión tuviera lugar antes del 18 de junio, fecha en la que se constituirá previsiblemente el Parlamento regional. «A mí me gustaría, cuanto antes es bueno hablarlo», ha apuntado.
«El resultado de la urna deja claro un mensaje de cambio pero no es menos cierto que el PP ha tenido mayor número de votos y, por tanto, le podría corresponder mantener la iniciativa en los encuentros», ha señalado, para insistir en que esas citas tienen que ser «al máximo nivel», convencido de que la ciudadanía «saludaría amablemente el simple hecho de hablar».