El Presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha presidido hoy en Toledo la toma de posesión de sus cargos del Vicepresidente y los siete consejeros del Gobierno de Castilla-La Mancha. A los nuevos miembros del Ejecutivo les ha dicho que “hoy comienza la reconstrucción de Castilla-La Mancha” y les ha pedido que sean “los gestores de las esperanza” de los ciudadanos de esta tierra.
En un acto celebrado en el patio del Palacio de Fue salida, sede de la Presidencia regional, ante alrededor de 400 asistentes, Emiliano García-Page ha comenzado por dar las gracias a los familiares de los nuevos consejeros, porque la dedicación que les va a exigir su nueva función les va a quitar mucho tiempo de estar con los suyos.
A continuación, ha valorado el ejercicio, “novedoso en toda España”, de que comparecieran en las Cortes regionales para dar cuenta de sus intereses, bienes, rentas y actividades. Les ha felicitado por “haber pasado el filtro, por ser políticos limpios” y les ha pedido que los equipos que formen sean así, “limpios”.
A continuación, se ha referido a todos y cada uno de los miembros de su Gobierno, ha desgranado los objetivos de cada una de las carteras y ha querido hacer especial hincapié en algunos asuntos.
El primero, el empleo. Ha reiterado algunos de sus compromisos para la creación e instalación de empresas, ha vuelto a llamar al diálogo y al pacto y ha puesto sobre la mesa un reto: “Hay que darle a esta tierra un electroshock económico en los próximos dos años no solo para crecer y crear empleo, sino para reducir la distancia que nos separa hoy con la media de España”.
En esta materia, ha insistido en que se va a aprobar de manera urgente un Plan de Choque que pueda llegar a dar hasta 60.000 oportunidades de trabajo “a personas que, en algunos casos, llevan hasta tres años sin poder llevar ningún ingreso a sus casas”.
También se ha referido el Presidente a lo sucedido ayer en el Consejo de Política Fiscal y Financiera celebrado en la sede del Ministerio, en Madrid. Ha calificado de injusto y deplorable la imposición y el esfuerzo que el Gobierno de España obliga a hacer a las autonomías para contener el déficit en relación al que hace la propia administración del Estado.
Además, ha sido rotundo al asegurar que “no lo vamos aceptar, lo que no quiere decir que no lo vayamos a cumplir, pero sí que lo vamos a intentar cambiar”. Porque a renglón seguido ha asegurado que “no va a haber ni un recorte más. Se acabaron los recortes. Lo que toca a partir de ahora es ir reconstruyendo poco a poco, de manera paulatina”.
Y en esa tarea se ha referido a la Sanidad. A los profesionales sanitarios les ha reconocido el mérito de aguantar el sistema habiendo sido quienes “más dificultades y más estrés laboral ha soportado”. No obstante, ha aventurado que, dentro de cuatro años, “cuando se haga balance de este Gobierno, una de las cosas que mejor van a ir en ese balance va a ser la Sanidad”.