Asentado como uno de los actos más importantes en el programa cultural de Argamasilla de Alba para las noches de verano, el pasado sábado la Pza. Marqués Casa Pacheco, frente al Pósito de la Tercia, acogió el VIII Recital Poético Musical “A Pro-Pósito”, en el que el Grupo Literario “Aldaba” recordó la obra en verso y prosa de Teresa de Jesús (Ávila, 28 de marzo de 1515 – Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582), cuando se está conmemorando el V Centenario de su Nacimiento.
Abrió el acto el concejal de Cultura, José Antonio Navarro, que se calificó de poeta frustrado, recitando una estrofa del poema de Teresa de Jesús: ‘¡Oh, hermosura que excedéis!’; y continuó reconociendo la labor de Aldaba “en un campo tan onírico, tan lejano y a la vez cercano, como lo es el de la poesía, que con vuestros recitales, acompañamientos musicales y esfuerzo, en buena mezcla con el entorno, lleváis a un nuevo nivel”. Además les animó a seguir fomentando la poesía, la literatura y su talento como han venido haciendo hasta ahora y de cara a las celebraciones que durante este año se van a realizar con motivo del IV Centenario de la segunda parte del Quijote y al próximo año en el que se conmemorará la muerte de Cervantes, para lo que ofreció la colaboración del Área de Cultura.
Por su parte, la presentadora del acto y componente de Aldaba, María José Díaz, afirmó que el grupo no podía dejar pasar la ocasión de sumarse a la celebración del V Centenario del nacimiento de Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, “más conocida por todos como Santa Teresa de Jesús o Teresa de Ávila, patrona de los escritores (…)Teresa de Jesús fue una mujer carismática que nació en Ávila el 28 de marzo de 1515 y que, llena de cualidades, nunca dejó a nadie indiferente a su paso”.
Abrieron el recital “varios amigos de Aldaba”, que tradicionalmente vienen participando en este acto estival. Les siguieron los componentes del grupo literario recitando poemas y textos de la Santa, así como de su propia creación inspirados en su vida y persona.
En una noche tan espiritual, no podía faltar la música, que en este caso llegó de la mano de la daimieleña Pilar Romero, tranzando sabiamente los acordes de guitarra con la palabra de Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, para cerrar con el aleluya de Leonard Cohen.