La alcaldesa de Puertollano, la socialista Mayte Fernández, primera mujer que presidirá la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) de Castilla-La Mancha, se ha marcado como reto trabajar «por hacer un cambio en la independencia» de la federación dejando atrás una etapa de «silencio, asentimiento y conformismo» con lo que a su juicio ha ido dictando el Gobierno regional.
Así lo ha manifestado Fernández en declaraciones a los medios minutos antes del inicio de la XI Asamblea Ordinaria de la FEMP, quien se ha sentido orgullosa de ser la primera mujer que preside este órgano, deseando que su papel sirva como ejemplo «de que se pueden dar pasos al frente» en política.
«Me siento parte de una generación distinta, nueva, de gente que venimos a hacer una reforma necesaria de nuestra política», ha asegurado Fernández, que ha prometido buscar «el consenso y el diálogo» con el objetivo de «innovar, crecer e implementar medidas que ayuden a la gestión diaria de los ayuntamientos».
DISCREPANCIAS
A su juicio, uno de los puntos en los que más ha discrepado con la actual Presidencia de la FEMP, encabezada por el exalcalde de Campo de Criptana, Santiago Lucas Torres, es en la Ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local, con la que «gran parte» de la federación no estaba de acuerdo.
Sobre la norma, Fernández ha considerado que la Federación «tenía que haber alzado la voz con más potencia» ante este desacuerdo, reuniendo con más frecuencia la asamblea y buscando el consenso. «Hemos echado en falta el papel reivindicativo», ha asegurado.
En este punto, ha señalado que esta ley «no tiene nada que ver con el ciudadano que toca a tu puerta pidiendo servicios sociales» y «pone en duda competencias tan diarias y normales», por lo que a su parecer, la FEMP va «a tener muchas dificultades» a la hora de poner en práctica su labor con la existencia de la ley.
También ha mencionado que es papel de la FEMP que se garantice «un sistema de financiación suficiente» y el mantenimiento de unos servicios de calidad, pues si no se conserva este modelo, habrá distancia con los ciudadanos de los municipios.