Cuando faltaba una hora para la media noche, 1.200 personas, procedentes de toda España, iniciaban su participación en el Survival Zombie de Argamasilla de Alba, organizado por World Real Games (WRG) y promovido por el Ayuntamiento. Una cifra que se ha duplicado o triplicado con los vecinos que se han echado a la calle hasta altas horas de la madrugada y los muchos espectadores de otras localidades desplazados para ver el evento.
El lugar de La Mancha, Argamasilla de Alba, de cuyo nombre no quiso acordarse Cervantes, ha vivido, la madrugada de este domingo 3, una terrorífica noche con la liberación accidental o inconsciente de un virus zombi que infectó a parte la población.
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A las 23.00 horas, fuerzas especiales y militares se desplegaban en la Glorieta de Argamasilla de Alba ante la certeza de que, más de cuatrocientos años después, alguien había abierto el tesoro de Cervantes, un regalo de Azán Bajá, hecho e 1580 por el gobernador de Árgel y el cual parece guardaba un peligroso virus. Cervantes, que conocía bien al gobernador, reusó abrirlo y lo escondió, desvelando en su lecho de muerte que se hallaba “en un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme”, según la corporación WRG ese lugar es Argamasilla de Alba.
Divididos principalmente en dos grupos, supervivientes y zombis, los primeros tenían que superar diferentes pruebas, en realidad escenas teatralizadas, para conseguir unas pistas que les llevase a la siguiente prueba; mientras los zombis intentaban impedirles el acceso a los lugares donde se desarrollaban.
En grupo, en familia o a nivel individual, en cada una de las escenas se ponía a prueba distintas cualidades de los concursantes: la condición física, la osadía, la destreza, la agilidad mental, el trabajo en equipo e incluso asociándose temporalmente con otros equipos.
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Para desarrollar las escenas y pruebas se eligieron lugares estratégicos distribuidos por toda la localidad, desde conocidos lugares quijotescos como la Casa de Medrano y la Rebotica, hasta lugares particulares, pasando por el Auditorio de Verano o el Campo de Fútbol, lo que obligó a los participantes a realizar importantes trayectos, según la organización, muchos de los concursantes, a lo largo de la noche, llegaron a recorrer entre 15 y 18 kilómetros.
Una actividad sana, como se indicó al inicio del juego: “es libre de alcohol y drogas”, según se advirtió en la presentación, su consumo durante el mismo podía llevar a la inmediata eliminación.
El concejal de Juventud, Enrique Peces, ha querido destacar la implicación y compromiso de la Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil que durante toda la noche han trabajado y velado por la seguridad de participantes y público, así como para solventar los problemas que suelen surgir en concentraciones masivas como ésta.