FENAVIN Contact 2016 ha acogido esta mañana la mesa redonda «Las tendencias del mercado de vino», en la que ha participado John Rule, propietario de The Carriage Trade Group de Canadá; Juan Antonio Pérez, director de Ventas de Antalva Imports de Estados Unidos, y David Martín, director general de MARE NOSTRUM de Japón, y que ha sido moderada por Luis Quintín Villamayor, responsable de Vinos del IPEX.
Juan Antonio Pérez asegura que las claves más importantes que debe tener en cuenta una bodega para vender vino español a mercados internacionales es que fundamentalmente «produzca vinos de calidad a precios competitivos: vinos equilibrados, con un estilo definido, consistencia en las distintas añadas, con un diseño cuidado y con información clara en las etiquetas».
Igualmente, destaca que las bodegas deben disponer de viñedos propios o acuerdos a largo plazo para asegurar la calidad y consistencia de la uva. «Es clave que la bodega funcione con buenas prácticas y utilice siempre los mejores recursos disponibles para producir los vinos y que funcione con procesos eficientes, tanto en la producción, como en logística y cumpla las condiciones de los acuerdos comerciales en plazo».
Para el director de Ventas de Antalva Imports, empresa focalizada en vinos españoles desde hace 20 años, los puntos fuertes de los vinos españoles radican en que son de buena calidad a precios muy competitivos respecto a otras procedencias geográficas. Añade que el «prestigio y percepción de la marca España va en aumento en EEUU, y además existe una gran diversidad de varietales autóctonas españolas, que se producen en lugares que ofrecen las mejores condiciones para cada tipo de uva».
Según Juan Antonio Pérez en el mercado del vino español existe gran competencia, especialmente «en mercados como el californiano, donde hay mucha producción local y presencia de vinos de todas las zonas geográficas del mundo». «El vino español en EEUU ya se considera claramente al nivel del vino italiano y francés. La sección de vinos de España en tiendas y en cartas de bares y restaurantes es cada vez mayor y tanto compradores como consumidores finales están muy abiertos a probar vinos españoles que ya conocen o nuevas propuestas», explica.