La Nochevieja de 2016 tendrá temperaturas «muy frías» en la mayor parte del país y los cielos permanecerán dsepejados, debido a la situación anticiclónica que permanecerá en el país por lo menos hasta el domingo.
Durante la noche del 31 se esperan heladas en prácticamente toda la Península, salvo en las zonas de costa y la región suroeste, y las temperaturas serán particularmente bajas en Castilla y León, en las zonas más altas de Castilla-La Mancha, en los Pirineos y en algunos puntos de Aragón, según ha informado a Europa Press la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Así, el último día del año, un total de 21 provincias tendrán activada la alerta amarilla por bajas temperaturas en las comunidades de Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, el suroeste y el norte de Aragón y el norte de Cataluña.
Además, AEMET activará la alerta amarilla por nieblas en el oeste de Castilla y León en zonas de La Rioja y Navarra, en el oeste de las tres provincias aragonesas y en el oeste de Cataluña; la alerta amarilla por vientos en todo el archipiélago canario y la alerta amarilla por fenómenos costeros en el Estrecho de Gibraltar.
En general, entre el 31 de diciembre y el 1 de enero continuará la situación anticiclónica con tiempo estable en general sobre el territorio, aunque habrá flujo húmedo del este sobre el área mediterránea y Estrecho que dará lugar a nubes bajas con una pequeña probabilidad de lluvias débiles en los litorales.
También se esperan nieblas en zonas del interior peninsular, sobre todo en el valle del Ebro, oeste de la meseta norte y sureste de la meseta sur, donde probablemente serán persistentes. En Canarias, probabilidad de calimas.
Las temperaturas nocturnas experimentarán pocos cambios, permaneciendo las heladas en gran parte del interior peninsular, excepto en el suroeste; las diurnas bajarán en buena parte del interior de la Península.
Mientras, habrá viento flojo o en calma en general con predominio de la componente este, salvo en Canarias y en el área del Estrecho donde soplará con intervalos de intensidad fuerte. A partir de la tarde del domingo es muy probable que con la llegada de varios sistemas frontales desde el Cantábrico y, posteriormente, desde el Atlántico, se debilite el anticiclón y se inicie un cambio de tiempo. Este día solo se esperan lluvias en el oeste y norte de Galicia, sobre todo en La Coruña.
LLUVIAS AL INICIO DEL AÑO
De hecho, las previsiones de AEMET para el 2 de enero auguran la llegada de una borrasca aislada, con un frente frío asociado, procedente del entorno de Azores se acercará al oeste peninsular y producirá precipitaciones en buena parte de la mitad occidental, tanto más probables e intensas cuanto más hacia el oeste.
La cota de nieve oscilará entre los 1.000 metros de la madrugada y los 1.400 metros del final del día en el noroeste peninsular, presentando valores más altos en el suroeste. En el resto de la Península y Baleares, solo se esperan algunas nubes altas. La probabilidad de formación de nieblas será pequeña y quedará limitada al interior de la mitad oriental peninsular.
Las temperaturas nocturnas subirán, sobre todo por el oeste de la Península, de forma que se suavizarán claramente las mínimas; las diurnas, por el contrario, tenderán a descender. En Canarias se mantendrá el tiempo estable. Es probable que el viento del sureste comience, por el oeste, a ser sustituido por el suroeste, de forma que la probabilidad de calimas disminuirá.
La mencionada borrasca presenta, según los modelos de predicción, una evolución bastante incierta entre el 3 y el 7 de enero aunque el escenario más probable, según la AEMET, muestra una tendencia a un gradual alejamiento hacia el oeste, de forma que la probabilidad de lluvias afectaría el martes a la mitad occidental y centro peninsular y durante los días sucesivos solo al extremo occidental.
Otros escenarios, con una probabilidad más bien pequeña, prevén una entrada de norte a partir del viernes 6 de enero que daría lugar a precipitaciones y bajada de temperaturas en el área cantábrica. En Canarias, es probable que varios frentes atlánticos den lugar a algunas precipitaciones, en general, poco importantes; y que se intensificarían al final del periodo.