Lolita Flores y Luis Mottola llenaron este domingo el Teatro Municipal de Tomelloso y nos metieron de lleno en la Feria y Fiestas con la comedia “Prefiero que seamos amigos” El público disfrutó con la representación: rio, aplaudió y premio a los interpretes con una ovación de gala cuando cayó el telón.
Pentación Teatro trajo a Tomelloso una comedia entretenida, con una duración justa; diálogos brillantes y réplicas agudas la mayoría de las veces, que mantenían al público embelesado —el respetable aplaudía los cambios de escena— mezclados con algunos momentos (los menos) en los que el interés decaía.
Flores y Mottola parecen estar hechos para dar vida a Claudia y Valentín. Lolita, desgarrada, excesiva cuando el papel lo pedía, brillante, incluso se arranca por coplas en varias ocasiones. Luis despreocupado, pasota, en ocasiones como el “gilipollas” que dice Claudia que es. Como señala el programa, es una comedia fresca, divertida con conversaciones brillantes y salpicadas de ironía. Una obra escrita por el francés Laurent Ruquier y dirigida por la británica Tamzin Townsend adaptada perfectamente a la idiosincrasia española.
¿Y el argumento? Claudia, que tiene cincuenta y algunos años, decida que esa misma noche le va a decir a Valentín que quiere que sean más que amigos. Ya llevan cinco años de una amistad blanca pura y divertida y la protagonista quiere ir más allá. Valentín intenta que todos los esfuerzos de Claudia porque la relación pasé de lo “platónico” a lo carnal caigan en saco roto. Ella prepara una cena con champán, arreglada con sus mejores galas, en su lugar de trabajo (Claudia es propietaria de una floristería), arreglada prepara una cena con champán. Primero con indirectas y luego con directísimas Claudia va a por todas. Y todo se va al traste cuando Valentín le suelta la frase “Prefiero que seamos amigos”. “Una sentencia que condena cualquier expectativa hacia la persona amada, que te destruye la ilusión de ser el objeto de deseo, de pasión, de formar una pareja, de ser la media naranja de tu amor”.
A partir de esa frase, de esa sentencia pronunciada por Valentín, se desata una suerte de drama clásico con situaciones inesperadas que nos llevarán a un final incierto. Eso sí, sin dejar de reír (incluso los actores).
La obra también plantea otro tema universal en el mundo femenino; el abrupto cambio de estatus cuando pasas de una cierta edad. La sensación de ser repentinamente invisible para el sexo contrario.
Fue, en definitiva, una divertida noche de teatro, con dos grandes actores, que hizo las delicias de los aficionados. Unos actores que, después de la función, salieron al hall del Teatro Municipal y a la misma calle a saludar a sus fans.
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