En los momentos más difíciles, cuando una familia se enfrenta a la pérdida de un ser querido, hay profesionales que trabajan con discreción y respeto para hacer que la despedida sea lo más digna y serena posible.
Uno de ellos es el técnico tanatoestética y tanatopraxia, una figura clave dentro del sector funerario que va más allá del maquillaje mortuorio. La labor del tanatopractor implica la preparación del cuerpo y el acompañamiento a los familiares en un proceso que requiere sensibilidad, conocimientos técnicos y un gran sentido de humanidad.
¿Qué hace un tanatopractor?
Al hablar de la preparación de un difunto, solemos pensar en su restauración estética para darle un aspecto sereno y natural. Sin embargo, el tanatopractor realiza procedimientos clave para preservar el cuerpo, reducir su deterioro y asegurar que pueda ser velado en las mejores condiciones posibles.
Entre sus funciones destacan:
- Conservación del cuerpo: Mediante técnicas de tanatopraxia, se aplican métodos para evitar la descomposición temprana y permitir que los familiares puedan despedirse de su ser querido sin alteraciones visibles.
- Reconstrucción facial y corporal: En casos de accidentes o enfermedades que afectan la apariencia del fallecido, el tanatopractor puede realizar reconstrucciones con materiales especiales para devolver una imagen más cercana a la que tenía en vida.
- Tanatoestética: Se aplican técnicas de maquillaje y vestimenta para dar al difunto una apariencia serena y cuidada, respetando su fisonomía y deseos familiares.
- Asesoramiento y apoyo a los familiares: Aunque no son psicólogos, estos profesionales están capacitados para tratar con duelo y ofrecer apoyo a los allegados en un momento de gran carga emocional.
- Gestión de documentación funeraria: Dependiendo del país y las normativas locales, algunos tanatopractores también colaboran con la tramitación de documentos necesarios para el entierro o la cremación.
La importancia de su labor en los tanatorios
Los tanatorios son espacios diseñados para el encuentro de familiares y amigos que desean despedirse de un ser querido antes de su último adiós. En estos lugares, la figura del tanatopractor es esencial, ya que su trabajo permite que el cuerpo del fallecido sea presentado de una forma digna y respetuosa.
La tanatoestética y la tanatopraxia no solo cumplen una función estética o sanitaria, sino que también tienen un impacto psicológico en los familiares.
Poder ver al ser querido en paz y con un aspecto tranquilo ayuda a muchas personas a afrontar el proceso de duelo con mayor serenidad. Además, en culturas donde el velatorio es una parte esencial de la despedida, la labor de estos técnicos se convierte en una pieza clave para que la familia pueda sentirse acompañada y reconfortada.
Más allá de la imagen: la vocación de servicio
Si bien la preparación estética del cuerpo es una parte visible del trabajo del técnico tanatoestética y tanatopraxia, su papel es mucho más profundo. Requiere una gran vocación de servicio, empatía y respeto por el dolor ajeno. Es un trabajo donde técnica y humanidad se unen, adaptándose a cada caso y familia.
Además, en muchos casos, el tanatopractor se convierte en un punto de apoyo para los dolientes, explicándoles el proceso, resolviendo dudas y ofreciéndoles un trato cercano y profesional. No es solo un técnico que trabaja con el cuerpo del fallecido, sino también una persona que brinda apoyo en uno de los momentos más delicados de la vida.
Un campo en constante evolución
El sector funerario ha cambiado mucho en los últimos años, y con él, la profesión de tanatopractor. Hoy en día, existen formaciones especializadas que preparan a estos profesionales no solo en técnicas de conservación y embalsamamiento, sino también en aspectos emocionales y psicológicos del duelo.
Asimismo, con la creciente demanda de servicios personalizados, el papel del tanatopractor está ganando más reconocimiento. Cada vez más familias buscan despedidas especiales y ceremonias personalizadas, lo que hace que la profesión requiera una formación cada vez más completa y diversificada.
En resumen, aunque poco conocida, la labor del tanatopractor es esencial en el ámbito funerario, ya que garantiza una despedida digna y ayuda a los familiares a afrontar el duelo.
Detrás de cada cuerpo preparado para un velatorio hay un profesional que, con respeto, empatía y conocimiento técnico, se asegura de que la última imagen del fallecido sea serena y reconfortante. Su labor es un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, la dignidad y la humanidad deben prevalecer.
