Empecé hace 18 años junto a Blas Camacho y otros compañeros de viaje a conocer profundamente el testimonio de vida, dejado después de su muerte, de Ismael Molinero Novillo, al formar parte de la Junta Directiva de la Asociación para la Beatificación y Canonización de Ismael de Tomelloso. Un viaje que no busqué y en el que solo Dios sabrá por el que sigo caminando hasta hoy.
De ese comienzo escribe en “Con Vosotros – Diócesis de Ciudad Real” Semanario de la Iglesia en Ciudad Real Jesús Cañas Parra sobre Ismael de Tomelloso lo siguiente:
El 23 de mayo de 2024, el Dicasterio para las Causas de los Santos publicó, con la firma del Papa Francisco, el decreto de virtudes heroicas del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso que le conducirá a ser venerable. Años antes, concretamente el 17 de diciembre de 2006, se constituyó en el Colegio de la Milagrosa de Tomelloso una asociación para llevar adelante los trabajos necesarios para el buen avance de la Causa y la extensión de la devoción personal hacia Ismael de Tomelloso. La Causa de Ismael de Tomelloso recibió el nihil obstat de la Santa Sede en marzo de 2008, y quedó abierta en el Obispado de Ciudad Real el 5 de mayo de ese mismo año.
Jesús Cañas Parra es Tesorero y Administrador de Economía de la Junta Directiva de la Asociación para la Beatificación y Canonización de Ismael Molinero Novillo, proclamado Venerable por la Iglesia Católica. Es el tomellosero más importante de nuestra ciudad y también el gran desconocido para la mayoría de la población. Sobre estos años he escrito algunas vivencias y escuchado testimonios, y sobre todo la fe y el entusiasmo de su último biógrafo, Blas Camacho Zancada, su impulsor de las últimas décadas, al devolvernos el testimonio de vida de este joven manchego, al que nunca se le agradecerá lo suficiente su dedicación constante.
La dimensión del venerable Ismael de Tomelloso me hace peregrinar a su testimonio de vida para encontrar ese amor universal que él sintió y dio a todos cuantos le conocieron. Todo en Ismael es amor sin mengua. Es tan joven que parece imposible que un chico que sonríe con la mirada llena de luz no luchara por vivir. Cuestión incomprendida para la gran mayoría de este momento donde la imagen y las voces personales son la medida del popularismo actual.
La cumbre de Ismael es vivir el Evangelio vivificador en toda su existencia cristianamente, porque él es seguidor de Jesucristo y esa vivencia la vemos en su sonrisa, que es la sonrisa de Dios. Orar y amar a todos, incluso a los que le odian, persiguen y desprecian en mitad de una contienda adonde es llevado como soldado de la Republica de España desde 1936 a 1939; cuando con anterioridad ha sido buscado por su fe en Cristo, por los mismos que le obligan a enrolarse es paradigma de amor universal y despojamiento de uno mismo.
Ismael es un laico sencillo, humilde y trabajador desde la adolescencia, como lo eran muchos chicos y chicas de su entorno, que descubre la contemplación ante el Sagrario rezando su plegaria en silencio, para escuchar la armonía de la creación en su trasiego espiritual al conversar con Dios. La fe arraiga en su alma y se abre a la verdadera libertad, al amor de Dios y por Él, al amor al prójimo. Esa es la verdadera razón de su silencio. Su valor total y pleno. Lo esencial de su troquel cristiano.
Hoy no sabemos escuchar al silencio porque hay excesivo ruido. El Venerable Ismael de Tomelloso conversa con el silencio orando desde el latido profundo de su corazón. Un corazón que acompaña a los ancianos abandonados en el asilo, solos, sin familia ni enseres personales; iguales a los de hoy. El corazón, que late con los niños, a los que regala globos cuando a la salida del colegio pasan a verlo a la tienda de tejidos “El siglo”, donde trabajaba, con su hermosa sonrisa. Así me lo contaba mi padre, niño de entonces. Crece su amor en felicidad cuando descubre desde su alegría la música de la guitarra, de la interpretación siendo un joven autodidacta que se cultiva en cultura y busca la felicidad en medio de los otros con su añoranza de Dios y su búsqueda constante.
El estallido de la guerra y su trascendencia inmoral en la conciencia humana no ha cambiado desde miles de años. Ismael conoce su tragedia destructiva injusta y cruel carente de triunfos y en medio de su estallido en la batalla de Teruel incapaz de hacer daño tira su fusil y reza. Así lo contaron quienes lo vieron. Su actitud intemporal con la visión de hoy se le puede llamar pacifista al oponerse a la violencia de la guerra; de cualquier guerra vivida externa o internamente. Y es para Ismael tan primordial que cuando es hecho prisionero calla pertenecer a la Acción Católica para ser uno más de los prisioneros de guerra llevado hasta el campo de concentración perdido en la densidad de los otros; calla, reza y enferma sin perder su fe y la esperanza en Dios y en la medalla cosida por él en el forro de su chaqueta militar de la Virgen Milagrosa. Igualdad sin prebenda junto a los que en nada se identifican con él. Pero sabe que su horizonte es el amor repitiendo
“Soy de Dios y para Dios, si muero seré totalmente de Dios…y si no muero quiero ser sacerdote.”
De esa fe se desprende la luz de Ismael; de la irrupción de Dios en su alma. De Cristo vivo para todo el que sufre y espera en Él. Su cuerpo llagado peregrina al amor ecuménico del Señor con el equipaje de morir solo en la cama de un hospital de guerra… Como mueren en los campos de batalla y hospitales los inocentes de las inútiles guerras actuales. Entender la vida del Venerable Ismael de Tomelloso con nuestra visión narcisista buscando la admiración y reconocimiento de todos es ignorar la grandeza de este laico católico para el que Dios era y fue, el Alfa y Omega de su vida. Principio y fin de su existencia que él afirmaba al decir y dejar escrito
”Quiero vivir absorbido en Dios, perdido en la inmensidad ce Él y a Él totalmente entregado. Ni egoísmo, ni dinero, ni comodidades, ni familia, ni honores…Solo Cristo.”
El silencio del Venerable Ismael de Tomelloso es similar al testimonio de San Juan de la Cruz, acallar las injusticias de las sociedades humanas en favor de la esperanza y el amor de Dios. La validez de su vida es participar en la alegría de su existencia dándolo a conocer en toda su dimensión en mitad de la globalización, entre las sociedades que la forman, porque para el amor y la paz no hay fronteras.
Natividad Cepeda
Secretaria General de la Asociación para la Causa de Beatificación y Canonización del Venerable Ismael de Tomelloso.
Ismael Molinero Novillo, nació el 1 de mayo de 1917 en Tomelloso. Estudió en el colegio de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl de Tomelloso. En el año 1933 integró el primer grupo juvenil de Acción Católica de Tomelloso con el cargo de tesorero. La Guerra Civil lo marcó profundamente por el asesinato de su director espiritual Reverendo Bernabé Huertas y el párroco Reverendo Vicente Borrell y la quema de la iglesia e imágenes de Tomelloso. En el año 1937 el ejército republicano lo reclutó Fue hecho prisionero por el ejército nacional y llevado a un campo de concentración junto a otros prisioneros. El invierno de 1938 fue durísimo se llegó a marcar 20 grados bajo cero. Ismael enfermó de pulmonía y tuberculosis siendo trasladado al hospital de Zaragoza. Cuando le preguntaron su nombre y procedencia ocultó pertenecer a Acción Católica para evitar ser tratado de forma diferente a sus compañeros del campo de concentración. Murió el 5 de mayo de 1938, tenía 21 años de edad.