En una entrevista con enTomelloso.com tras ser nombrado hijo adoptivo de Tomelloso, Valentín Arteaga expresó su gratitud y rememoró los buenos momentos que han cimentado su estrecha relación con esta localidad manchega. «Me siento muy contento por esta iniciativa que han tenido desde el Ayuntamiento, tanto el señor alcalde Javier Navarro como Inés Losa. Tomelloso tiene un veneno hermoso, providencial, que te agarra el corazón y te hace suyo»
Arteaga destacó que su vínculo con Tomelloso comenzó en los años 80, cuando llegó para colaborar en la vida pastoral de la parroquia de la Plaza. Sin embargo, su conexión trascendió lo religioso y se extendió a la cultura y la literatura. «El primer año que vine participé en la Fiesta de las Letras con un poema que ganó el premio Eladio Cabañero. Desde entonces, mi relación con figuras como Eladio, Félix Grande y Paco Pavón me permitió integrarme en la vida literaria de Tomelloso», recordó.
Uno de los proyectos que más lo marcó fue la creación de El Cardo de Bronce, una colección de cuadernos de poesía artesanal que reunió a destacados autores españoles. «Era como tener una joya única en las manos».
Además, destacó su papel en la causa de canonización de «Ismael de Tomelloso», que ahora es venerable. «Fui el postulador en mis años en Roma, y esa labor me vinculó aún más a Tomelloso y a su gente», afirmó, haciendo un llamamiento a seguir impulsando esta causa para alcanzar la beatificación.
Un vínculo que aún perdura
Arteaga también subrayó cómo ha mantenido su relación con la localidad a lo largo de los años, especialmente a través de su colaboración en el periódico El Común de la Mancha. «Desde su primer número, dirigido por mi amigo Jaime Quevedo, he estado presente en todos los ejemplares, y eso me ha mantenido unido a Tomelloso», explicó. Entre anécdotas entrañables, recordó cómo en un momento inesperado en Roma un grupo de jóvenes lo reconoció por su nombre, demostrando el cariño que le tienen los tomelloseros.
«Ser nombrado hijo adoptivo no es solo un honor, sino un reflejo de cómo esta ciudad hace sentir a cualquiera como parte de su comunidad. Tomelloso te confunde con su gente y te mete en su censo municipal del alma».
La distinción de hijo adoptivo a Valentín Arteaga reconoce su aportación cultural y espiritual a Tomelloso, y refuerza una relación de más de 40 años que sigue viva y fuerte.
