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sábado, 21 diciembre
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Humor y desparpajo en los disfraces de carnaval de la exposición fotográfica de Jesús González

Numeroso público se dio cita este martes en la Posada de los Portales de Tomelloso para la inauguración

Numeroso público se dio cita este martes en la Posada de los Portales de Tomelloso para acompañar a Jesús González en la inauguración de la exposición “Cincuenta años de carnaval de improviso”.

Se trata de una divertida exposición de fotografías que recoge las peripecias carnavaleras durante el último medio siglo de este conocido tomellosero, que hace gala de vivir unas fiestas de carnaval desde la más pura tradición manchega, con unos disfraces alejados de toda sofisticación y llevando la fiesta, el humor y el desparpajo a la calle. Todo está perfectamente recogido en esta colección de fotografías personal del bueno de Jesús “Manteca”, que están acompañadas de un breve comentario a modo de colaboración de medio centenar de amigos.

El acto fue presentado por el hermano de Jesús González, Antonio, y contó con la presencia de la concejala de Cultura, Inés Losa; el alcalde de Tomelloso, Javier Navarro; los concejales del equipo de gobierno Benito Benito, Jesús Lara y Manuel Marquina; y numerosos amigos y familiares, muchos de ellos de la peña Los Canuthi, a la que pertenece.

Inés Losa dio las gracias a los asistentes a una exposición que supone el punto de partida del Carnaval 2024. La muestra tiene un carácter muy especial, explicó Losa, con esas cincuenta y cuatro personas que han colaborado con un texto para cada fotografía. Sobre Jesús González, la concejala contó que es la imagen viva del carnaval de Tomelloso, “el de la calle, el de la gracia, el de la burla inteligente, cargada de ironía, improvisación, y estando horas y horas representando sus personajes”. Todo ello, continuó explicando, con cariño, haciéndolos suyos y para disfrute de todos.

Antonio González, que definió a su hermano como un referente en el carnaval de Tomelloso, explicó que lo recuerda disfrazándose todos los años, “inoculándome el veneno del carnaval hasta que un día me dejó salir con él”. Además, recordó que hace sesenta años el problema no era que el carnaval estuviese prohibido, que lo estaba, sino que la fiesta apenas existía, por lo que fue fundamental para no perder el espíritu que gente como Jesús saliese a la calle.

Jesús, por su parte, afirmó sentirse muy querido, por lo que agradeció la colaboración a las cincuenta y cuatro personas que han participado en la muestra, al igual que al Ayuntamiento por la cesión de la Posada. Explicó que el humor le vino de su madre Rosario y pidió disculpas de sus muchas impertinencias, aunque todo el mundo le ha perdonado.

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