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martes, 12 noviembre
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Los ladrones de casas aparcan el mazo: una moneda, el felpudo levantado y mucha maña

Lejos quedaron los tiempos en que los ladrones de casas reventaban puertas y ventanas

Lejos quedaron los tiempos en que los ladrones de casas reventaban puertas y ventanas a golpe de mazo. Ahora les basta marcar la vivienda con una moneda o levantar el felpudo para después tirar de maña, manipular la cerradura y entrar. Más aún en los meses de verano.

Principalmente, porque muchos españoles se van de vacaciones y dejan sus casas vacías. Los que no, pasan más tiempo en la piscina, visitando a familiares o tomando un refresco en una terraza. Para los amigos de lo ajeno eso significa más objetivos disponibles y más tiempo para actuar.

Lo primero es comprobar que una casa está deshabitada, y para eso la gama de métodos es tan amplia «como la imaginación humana», explica a EFE el inspector jefe del Grupo XI de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional de Madrid.

«Desde llamar al telefonillo a acercar la oreja a la puerta, o marcar las viviendas, para lo que hay varios métodos y todos encaminados al mismo objetivo», apunta.

Aquí empiezan a encontrar novedades que van más allá del los papeles o los hilillos de silicona entre el marco y la puerta: ahora los colocan en el ojo de la cerradura, casi imperceptibles, pero también han comenzado dejar monedas en el suelo.

«Nos lo consultaron varias personas y pensamos que no tenía nada que ver, más que nada porque no parece un método fiable: si alguien pasa y la ve, la puede coger. Pero ya lo hemos detectado en seis o siete inmuebles, y puede que sea un método nuevo», subraya.

Otro método, tal vez más efectivo, es el de dejar los felpudos levantados. En muchas ocasiones es algo que hace el personal de limpieza para poder barrer y fregar con más facilidad, por lo que no levantan sospechas entre los vecinos.

Si pasan unos días y la marca sigue en el lugar, los ladrones saben que el objetivo es bueno y pasan a lo que el inspector jefe llama «técnicas de habilidad», con las que no necesitan siquiera forzar la cerradura.

Está el clásico resbalón -pasar una tarjeta o lámina por el marco de la cerradura-, pero también muchas otras técnicas con «llaves falsas», que se pueden aprender «viendo vídeos en internet» y que se utilizan ya en buena parte de los robos. En Madrid, señala el policía, se lo encuentran en el 90 por ciento de casos.

Como el ‘bumping’, golpear una llave maestra hasta que salten los pistones de la puerta y se abra, o el ‘impresioning’, ahora preponderante y que consiste en introducir una lámina de metal en la cerradura para conseguir un molde con la que copiar la llave original.

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«Antes tenía que comprarte un martillo y hoy te compras un juego de llaves falsas, no es muy difícil acceder a ellos. Eso ha despuntado de tal manera que lo raro es encontrarte una puerta o una ventana rota, aunque sigue habiendo», apunta.

Los pueblos se salvan en verano

La profusión de estos delitos que el inspector observa durante los veranos madrileños -similar al de otras grandes ciudades- contrasta con la situación que, en líneas generales, se vive en los pueblos españoles y las zonas rurales, demarcación de la Guardia Civil.

Es habitual que la gente regrese a sus pueblos durante las vacaciones veraniegas, y las casas que en otras épocas del año están deshabitadas se llenan de vida, lo que hace mucho menos habituales los robos, según indican a EFE fuentes del instituto armado.

Pese a estas diferencias, los robos con fuerza en domicilios son uno de los delitos que van a la baja. Según datos del Ministerio del Interior, al cierre de 2023 sumaron 84.446, un 2,4 % menos que el año anterior, una tendencia que se ha mantenido a lo largo del primer trimestre de 2024, el último balance de criminalidad disponible.

Durante este periodo se registraron 20.872 robos en domicilios, un 3,4 % menos que en el mismo periodo del año pasado, que sin embargo no contempla los meses de verano.

De acuerdo con las últimos cifras, las comunidades autónomas a la cabeza son Castilla-La Mancha (13,9 %), Aragón (8,1 %) y Extremadura (5,5 %), mientras que a la cola se encuentran Canarias (-20,4 %), País Vasco (-19,9 %) y Asturias (-19,8 %).

Tan fácil como echar la llave

Para prevenir este tipo de delitos hay consejos para todos los gustos y bolsillos, que van desde las alarmas, cámaras y cerraduras más sofisticadas hasta la tradicional luz encendida para que parezca que la casa esta habitada.

Pero hay otros más sencillos, como pedir a un vecino de confianza que esté atento a cualquier movimiento sospechoso durante nuestra ausencia, y alguno que sirve para todo el año: echar la llave antes de salir.

Por mucho que parezca algo obvio, no son ni una ni dos las veces que el inspector jefe del Grupo XI se ha topado con casos de gente que ha sido robada mientras bajaba a pasear al perro o a hacer una compra rápida sin cerrar correctamente la puerta.

Toda precaución es poca en el mundo físico, pero tampoco hay que dejar de lado el virtual. La recomendación de la Policía Nacional y la Guardia Civil siempre es guardar el «postureo» para la vuelta de las vacaciones y así evitar dar pistas a los ladrones sobre nuestro paradero.

Esto, admite el policía, suele afectar más a futbolistas, creadores de contenido y otros famosos que de forma recurrente exponen sus vidas -y sus casas y lujos- en las redes sociales, ajenos a la vulnerabilidad que eso les genera.

Es difícil que le ocurra a una persona de a pie, pero no está de más resistir a la tentación de subir una foto de tu día en la playa. «Puede ser que tengas el típico vecino pirata que aproveche y te robe», advierte.

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