Fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1977, conmemorando la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona.
Si apreciamos el año, 1977, cuando se declaró este día, es relativamente reciente el reconocimiento del día de la Mujer. A partir de ahí se ha logrado dar mayor visibilidad a la mujer en distintos sectores, pero debemos seguir avanzando para minimizar las repercusiones emocionales, laborales y sociales, así como otros ámbitos.
Desde el punto de vista emocional, la mujer se ve sometida a grandes cargas, muchas de ella invisibles, que deriva sintomatología: ansiosa, como inquietud, preocupaciones excesivas; anímica, como tristeza, alteraciones en sueño y alimentación, u otros síntomas dependiendo de la persona. Esta sintomatología junto a la presión social y propia de la persona genera un gran desgaste emocional, porque “queremos llegar a todo” ¿es posible? No se puede llegar a todo, se puede llegar a lo suficiente, asumiendo nuestro contexto, situación familiar y apoyos. A veces, la visibilidad en distintos ámbitos no es fácil o no lo ponen fácil, y todo ello, repercute en el estado anímico. Por ello, es vital saber parar, para después continuar, pedir ayuda y asumir nuestras limitaciones y centrarnos en nuestras fortalezas para llegar a cumplir nuestras metas.
Desde el punto de vista laboral, aún queda una gran labor para el reconocimiento en igualdad de la trayectoria profesional de una mujer, de sus logros, éxitos y puesto de dirección. Que sea un obstáculo no quiere decir que no se pueda lograr, a veces se nos olvida, que muchas mujer se convierten en madres es otro trabajo a desarrollar, elegido sí, pero son nueva responsabilidades que requiere, lo que implica que a veces renunciemos a alguna metas, a puestos de trabajo, pero también a superarnos, a llegar alcanzar grandes metas e ilusiones, digno de valorar porque debemos fijarnos “en lo que se ve y sobre todo en lo que no se ve”. Desterremos comentarios del tipo “si eres madres no podrás” “una mujer no puede desarrollar altos cargos” “no deberías de trabajar porque…” tantos comentarios dañinos que nos limitan e interfieren en el desarrollo profesional y laboral, a veces hasta nos hacen dudar de nuestras decisiones.
Por último, aunque hay otros muchos ámbitos importantes y a comentar, la parte social, por que la mujer debe estar en ámbito privado, un estereotipo tan arraigado y difícil de elimar, como es la casa, u otros contextos similares o acompañando. No, la mujer puede y deber estar donde necesite y desee estar, reuniones importantes, ocio con amistades, deporte, viajes… algunos pensarán si la mujer está en la sociedad y en todas estas situaciones que se mencionan, pero ¿por qué se las cuestiona? ¿Por qué en determinadas ocasione “está peor visto”? ¿Porque tantas mujeres renuncian a su ocio imponiéndose diversas obligaciones? ¿Por qué si lo hace una mujer es menos importante? Se debería acabar con descripciones pasadas de lo que debe ser una mujer y definir lo que es hoy basándonos en los cambios sociales y evolutivos.
Lo expuesto es una breve reflexión, sobre la mujer y la actualidad, hemos dado pasos, pero nos queda un gran camino para elimar obstáculos, comentarios, presiones… y lo más preocupante desde el punto de vista psicológico, es el desgaste emocional a la que se somonte la propia mujer por exigirse “llevarlo todo” “puedo sola”, “no quiero molestar a nadie”… claro que puede llegar a lo que te propongas, pero se deben soltar cargas, se deben asumir limitaciones y sobretodo no perder de vista la meta alcanzar, puede que tardes más pero la satisfacción será haberlo conseguido, para ello, debes valorarlo tú, con tú esfuerzo y circunstancias, no dejes que tu satisfacción sea frustrada por comentarios del entorno, tu sabes tú esfuerzo, tu sabes tú meta y tú debes disfrutarlo. Continúa… y llegarás, cada cual lleva su ritmo, nadie va delante nadie va detrás cada cual llevamos nuestro propio tiempo.
El valor de todo lo que tú haces se lo debes dar tú, no dependas del valor que le otorguen otros.