La XXXI edición de la Procesión de las Antorchas en Tomelloso, celebrada en la noche de este sábado, quedará marcada por la resiliencia y la devoción de los tomelloseros. A pesar de una tarde lluviosa que obligó a suspender el festival folklórico de romería, el espíritu romero y el amor a la Virgen de las Viñas no decayó, y la procesión se llevó a cabo con una participación masiva.
A las diez de la noche, cientos de devotos, antorchas en mano, se congregaron para acompañar a la Virgen de las Viñas en su recorrido alrededor de Pinilla. Entre los asistentes el alcalde Javier Navarro; el presidente de la hermandad, Alejandro Ramírez y la mayorala de este año, Esther Belló; además de los miembros de la hermandad y camareras de la virgen.
Durante el recorrido iluminado con la luz de las antorchas se ha rezado el Santo Rosario. A la llegada de la virgen a la ermita el coro rociero Alma Flamenca estaba esperando para recibir a la patrona con ‘La Salve’, un momento emotivo que precedió al lanzamiento de una espectacular colección de fuegos artificiales.