Pese a las lluvias del sábado, Tomelloso amaneció este domingo con un tiempo excepcionalmente primaveral que propició la celebración de su tradicional romería en un ambiente lleno de fervor y alegría. Desde primera hora, numerosos vecinos y visitantes de distintos puntos de Castilla-La Mancha y toda España comenzaron a congregarse en Pinilla, disfrutando de las tascas y la compañía de amigos y familiares en un entorno festivo.
A las 5 de la tarde, con el repique de las campanas de la ermita, la imagen de la patrona de Tomelloso fue portada por numerosos vecinos hasta las instalaciones del antiguo cuartel de la Guardia Civil, donde ya esperaban la Banda de la Asociación Musical Santa Cecilia y los tres grupos folclóricos de la ciudad: Virgen de las Viñas, Manantial del Vino y El Bombo. Este encuentro dio inicio al cortejo que desfiló a lo largo de la Avenida Virgen de las Viñas y la calle Socuéllamos hasta llegar a la Plaza de España.
A lo largo del desfile se sucedieron los gritos de Viva la Virgen de las Viñas, así como las actuaciones improvisadas de Chemi el Choileja y Jesús Martínez y Jesús Lara
En la plaza, la Virgen que fue recibida por numerosos vecinos era portada por el alcalde, Javier Navarro Muelas, y la mayorala de 2024, Esther Belló, quienes la situaron en un lugar destacado para presidir el desfile. A continuación, los grupos folclóricos desfilaron ante la patrona, cada uno interpretando un baile, seguidos por reatas generando expectación entre los asistentes, jinetes y amazonas a caballo, así como carruajes que atravesaron la plaza.
El acto, aburrido, presentado por Pepe Sánchez, con sus chascarrillos y bromas de siempre, pide un cambio que haga más amena la espera de todos los congregados en la plaza.
Tras estos era el momento de las carrozas artísticas y los remolques de verde, además de vehículos romeros, algunos cargados con «colmos» de altavoces sonando a todo volumen seguidos de grandes grupos de jóvenes que continuaban con la fiesta. El desfile continuó terminó pasadas las 9 de la noche, cuando se procedió a trasladar a la patrona hasta la parroquia de la Asunción. A pesar de que la misa había comenzado, algunos devotos solicitaron que se permitiera la entrada de la Virgen, lo que generó momentos de tensión. El párroco decidió esperar hasta finalizar la misa, para permitir la entrada de la imagen, lo que reflejó la delicada línea que separa la devoción y la festividad en estos eventos.
