En un impresionante acto de solidaridad, miles de personas han acudido a pie desde el centro de Valencia hacia las localidades más afectadas por las recientes inundaciones, atendiendo el llamado a evitar el uso de coches para no interferir en las tareas de los servicios de emergencia. Con el apoyo de voluntarios y la coordinación de efectivos de rescate, los ciudadanos transportaron alimentos, cubos, fregonas y herramientas en carros, aprovechando el día festivo para acercarse a barrios devastados como San Marcelino y La Torre y seguir hacia municipios como Sedaví, Alfafar, Paiporta, Picanya, Albal y Catarroja.
El esfuerzo ciudadano se da en un contexto crítico: más de cien carreteras permanecen cerradas en la Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha. A pesar de los cortes, los afectados logran llegar a puntos de distribución donde se reparten agua y provisiones esenciales, en un intento por atender la falta de agua, luz y comunicación en varias áreas.
Letur, en la provincia de Albacete, se encuentra entre las localidades más golpeadas. Allí, unos 200 voluntarios y miembros de servicios de emergencia trabajan intensamente en la búsqueda de cinco personas desaparecidas. Con la ayuda de diez perros rastreadores de la Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencias, los equipos examinan minuciosamente el casco viejo, buscando cualquier señal de los desaparecidos.
La emergencia ha dejado también importantes daños en las infraestructuras de transporte. La línea de Alta Velocidad entre Madrid y Valencia, interrumpida por daños en varios túneles, no espera retomar su servicio hasta dentro de dos semanas. En respuesta, la aerolínea Iberia ha lanzado un plan especial para facilitar el desplazamiento de quienes necesitan movilizarse de forma urgente.
Los ayuntamientos de las zonas más afectadas hacen un llamado a la colaboración, solicitando maquinaria pesada como tractores, grúas y volquetes. Además, organizaciones agrícolas han convocado a sus miembros para que lleven sus tractores y colaboren en el despeje de vías y calles repletas de lodo y vehículos arrastrados, una medida que contribuirá a acelerar el trabajo de los servicios de emergencia y de los voluntarios.