Este miércoles, 15 de noviembre, la Asociación Cultural Flamenca “Amanecer” de Tomelloso hacía un hueco en su agenda y de manera altruista se acercaba al CEIP San Antonio para celebrar el Día Internacional del Flamenco, que como cada 16 de noviembre desde 2010 se conmemora, puesto que este día la UNESCO lo declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
¿Por qué la UNESCO le dio este reconocimiento? Porque el flamenco es presente, pasado y futuro, tradición y vanguardia, así como una de las manifestaciones culturales más ricas y complejas del mundo. Es industria cultural, motor económico, objeto de estudio y reclamo turístico.
Carmen Gallego, cantaora de nombre artístico “La Farruca”, y Alejandro Lozano, guitarrista y presidente de esta Asociación, lo han explicado con mucho cariño, de una manera sencilla pero significativa, haciendo al centro protagonista de su propio aprendizaje.
Pequeños y grandes han reconocido que España tiene un rico y variado patrimonio artístico y cultural, y parte de ese patrimonio se puede sentir, vivir, disfrutar al compás de un Fandango, unos Tangos, una Soleá, una Cantiña, una Bulería, unas Alegrías, unas Rumbas o unas Sevillanas. Esto es, recreándonos en todas las bondades de este bello arte, que combina muy bien cante, toque y baile, tres disciplinas que unidas expresan diferentes emociones: dolor, angustia, pasión, alegría, esperanza, amor o desengaño. Estos sentimientos dan lugar a los diferentes palos (estilos) que se reflejan en las letras de sus cantes.
La guitarra, explicaba Alejandro Lozano, es en el flamenco la fiel compañera, escudera del cante. Le siguen las palmas simples o redobladas, los pitos, palmas, castañuelas, cajón peruano, incorporado desde 1970 al cuadro flamenco, siendo Paco de Lucía uno de los pioneros en sumarlo a sus actuaciones. Además, recordaba el nombre de grandes cantaores muy admirados por todos, como son Camarón, Miguel Poveda, Israel Fernández o Rocío Luna. Bailarines tales como Sara Baras, Joaquín Cortés, Farruquito; o los guitarristas Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar.
Desde el centro les han oído narrar la historia del flamenco: “para llegar a sus orígenes debíamos remontarnos a los gitanos procedentes de la India, que se instalaron en nuestro país en el siglo XV, sobre 1417 aproximadamente, por la zona de Andalucía, donde coincidieron con otras etnias de diferentes países como África del Norte o Turquía. De esta convivencia, de este hermanamiento y ambiente familiar, nacerían las primeras fusiones musicales dando como resultado el cante sentimental y profundo que expresa lo más íntimo de la persona: el flamenco, que será transmitido de forma oral de generación en generación”.
A estos campesinos errantes les debemos esa semilla que ha llegado hasta nuestros días tras su paseo por los primeros Cafés Cantantes, Teatros, Tablaos, Festivales y Casas discográficas.
Carmen, con su don para conquistar corazones y su gracia tan especial, ha robado la atención de los más pequeños. De manera muy bonita, les ha hecho conocer algunos detalles esenciales para adentrarse en el mundo del flamenco como, por ejemplo, la importancia de escuchar el quejido o júbilo de la guitarra, para lo que les ha pedido que cierren los ojos, además de invitarlos después a participar tocando las palmas.
Especial mención por parte del centro a los compañeros Rosa y Víctor Manuel, que se han marcado unas sevillanas y unos fandangos que “quitaban el sentío”. Otros pequeños artistas tenían sus bolsillos llenos de “lache”, que en el diccionario calé es sinónimo de vergüenza, por lo que se han quedado con las ganas de disfrutar de sus coreografías y bailes improvisados inundados de todo el duende que corre por sus venas.
El CEIP ha agradecido a Carmen y Alejandro, en representación de la asociación Cultural Flamenca “Amanecer”, por regalarles su tiempo, por acercarles el mundo del flamenco a las aulas, por motivarles a estudiar para abrirse hueco en este maravilloso universo que concede la música o por darles consejos para seguir soñando en grande. También por educar la voz que consiga ese toque personal, único e irrepetible que marca la diferencia, y por explicar con tanta ilusión la valía de este patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Desde el centro, y especialmente en este Día Internacional del Flamenco, afirman que apostarán por seguir valorando, protegiendo, conservando, difundiendo, investigando y promoviendo este arte para que se siga reconociendo como herencia viva, libre y universal.
