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martes, 19 noviembre
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Los primos de Ibi

Esta población alicantina también se conoce como “el segundo Tomelloso”

Pronto se cumplirá el año del hermanamiento de Ibi y Tomelloso. La población alicantina está muy unida a nuestra ciudad, ya que comparten una historia similar, y sobre todo una gran porción de ADN común, debido a las migraciones masivas de tomelloseros a la ciudad levantina durante la década de los sesenta del siglo pasado.

Ibi está situada en el interior de la provincia de Alicante. La villa se encuentra a 816 metros de altitud sobre el nivel del mar, lo que la convierte en uno de los municipios más altos de toda la provincia. Ibi está situado en el extremo noroeste de los valles que configuran la Hoya de Castalla y al nordeste de la cuenca del río Monnegre, concretamente al pie de las sierras Teixereta y de Biscoi. Su clima es mediterráneo aunque con influencia continental debido a su altitud.

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Su historia es parecida a la nuestra. Un pequeño conjunto de alquerías durante la baja edad media, es reconocida en el siglo XVI, y en el siglo XVII se emancipa de la ciudad de Xixona, siendo nombrada Villa Real. Hasta el siglo XIX su existencia se enmarcó dentro de la agricultura de secano y también de la industria del hielo para el entonces emergente mercado de los helados, ya que su cercanía a las sierras la aprovecharon sus vecinos para construir pozos de nieve.

Al negocio de la nieve se unió a finales del siglo XIX y principios del XX la industria de los helados. Pero fue a mediados del siglo XX cuando la ciudad creció gracias a la naciente industria juguetera, y fue dentro de ese contexto en el que Tomelloso entró en la ecuación. La demanda de mano de obra de la industria juguetera desde finales de la década de los 50 coincidió con la crisis del trabajo del campo en Tomelloso, a causa de la mecanización del mismo (entre otras cosas). No se sabe cómo comenzó la ola migratoria hacia esta población, ya que toda la zona levantina demandaba mano de obra, pero lo cierto es que cientos de familias de Tomelloso emigraron a la ciudad de Ibi durante la década de los 60.

Durante las siguientes dos décadas, los veranos de Tomelloso se enriquecían con la presencia de jóvenes foráneos desconocidos y con un estilo diferente al de los locales, eran los llamados “primos de Ibi”, que retornaban a su lugar de origen a pasar sus vacaciones. Esa presencia foránea era más evidente a finales de agosto, durante la semana de la feria y fiestas. En muchos casos esos jóvenes habían nacido aquí, pero habían marchado siendo niños, sin embargo, con el pasar de los años, la mayoría de los jóvenes que nos visitaban ya habían nacido en Ibi, pero mantenían un gran vínculo con la ciudad de origen de sus padres, incluso algunos tenían vivienda en la ciudad.

Con el paso de los años y las décadas, la presencia de “los primos de Ibi” fue descendiendo, y ya los primos eran de segundo grado, pero una cosa es evidente, y son los datos que nos hablan del ADN tomellosero que porta la población alicantina, de cuyos actuales 24.000 habitantes, aproximadamente unos 6.000 han nacido o son descendientes de tomelloseros que emigraron a aquella ciudad, es decir, el 25%. Creo que es muy acertado que sigamos llamando a todos los ibenses primos.

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Manuel Buendía Pliego
Manuel Buendía Pliego
Persona inquieta y multidisciplinar. Artista plástico, profesor de dibujo y acuarela, diseñador, gastrónomo, y escritor aficionado. Ha publicado en distintos medios digitales varios relatos, también ha publicado un libro de microrrelatos junto a Carlos Naranjo, y está trabajando en varios proyectos editoriales.
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